El nuevo escándalo de los premios

La noticia irradiada por los medios de comunicación en la cual se menciona que a la literata Fátima Vélez se le despojó del Premio de Poesía de Idartes (Secretaría de Cultura de Bogotá) por no haber firmado el formulario de inscripción, adjudicando finalmente esta presea acompañada de 45 millones de pesos (US $ 17.000) al poeta Jorge Cadavid, nos lleva a reflexionar de nuevo sobre el verdadero beneficio de los premios en el medio cultural, al hacer evidente el malestar que siempre reina cuando se conocen los fallos de los concursos, como lo han manifestado tantos corresponsables de Con-Fabulación durante los últimos meses, quienes proponen a su vez la necesidad de eliminar estas convocatorias que generan inconformidad y violencia, y que además pretenden convertir al arte en una carrera de caballos.
Si el Premio le fue anulado a la ganadora por ausencia de una firma, requisito insubsanable como consta en las bases, es decir por un motivo formal cuando había sido elegida según “criterios estéticos” por los tres jurados Ramón Cote, Santiago Mutis y Catalina González, para ser otorgado posteriormente al poeta y catedrático de la Javeriana Jorge Cadavid, poseedor de una rigurosa trayectoria literaria, es imperdonable que un instituto como Idartes cometa el error de dejar llegar hasta el final una obra que no cumple con las cláusulas establecidas, afectando la legitimidad de las convocatorias y perjudicando la reputación de los ganadores, hechos que dejan en el ambiente un evidente sinsabor.
Pero como la poesía está por encima de los poetas, y muy por encima de los premios, Con-Fabulación publica aquí textos de los dos involucrados en el escándalo, para que el lector analice si por lo menos, en este caso, hubo una justicia poética.



JORGE CADAVID
(Pamplona, 1962). Estudió Lingüística y Literatura en la Universidad de su ciudad natal, se especializó en literatura en la Universidad Javeriana de Bogotá, donde ha sido profesor durante varios años y se doctoró en Filosofía en la Universidad de Sevilla, España. Es autor de los siguientes volúmenes de poesía: La nada (Universidad de Antioquia, 2000); Un leve mandamiento (Trilce, 2002); Diario del entomólogo (Eafit, 2003); El vuelo inmóvil (Premio Nacional de Poesía Cote Lamus, Universidad Nacional, 2003); El derviche y otros poemas (Común Presencia, 2006); Herbarium (Letralia, 2011), Tratado de cielo para jóvenes poetas (Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia, 2008), Los ojos deseados (Común Presencia, 2011) y El bosque desnudo, Diario oculto (Común Presencia, 2013). Publicó una antología de su poesía titulada Música callada (Universidad Externado, 2009); la antología del poema breve: Ultrantología (Universidad de Antioquia, 2003); República del viento, antología de poetas colombianos nacidos en los años 60 (Universidad de Antioquia, 2012) y Escribir el silencio –Ensayos 73 sobre poesía y mística (Eafit, 2013).


RESPUESTA A UNA CARTA DE MARK STRAND

Querido poeta:
Gracias por el escrito
Me gusta la parte en que el pájaro
vuela dentro del pájaro
es como si vieras arriba del cielo
correr otro cielo
Sé que el mundo es difícil
Entonces, yo también pienso
que ciegos son los que no aman
ya que el amor del verde viene
Tú lo pusiste tan bien
que en tiempos como estos
una palabra puede dar sombra
un árbol puede hacer hablar al viento
un pájaro puede ser un fruto
en el árbol del sueño
Ese tipo de observaciones salva mis días
Gracias por tu aliento,
a veces, siento que yo también
podría escribir esos versos.



RESPUESTA A UN POEMA DE ANTONIO SALVADO

Querido Antonio: Desde el otro lado del océano
he leído tu singular poema "Amistad"
en el que un niño sucio lanza piedras a un perro.
La extrañeza está en que el perro iluminado no huye.
Todo lo contrario.
Esquiva las piedras con sus orejas
y viene junto al niño para lamerle la cara.
El signo sorprende al objeto
y lo arrastra a otro lugar
más allá de sus límites.
En tu poema amo lo invisible
el corazón que pesa más que una piedra
la sencillez con que se entrelazan ahora
"La manita muy sucia del niño" en éxtasis
y el cuello peludo de aquel santo
caminando en dirección del sol.



FÁTIMA VÉLEZ
(Manizales, Colombia, 1985). Estudió Literatura en la Universidad de los Andes y la maestría en Escritura Creativa en la Universidad Nacional de Colombia. Fundadora de la residencia para artistas Residencia en la Tierra. Ha participado en varios talleres de creación literaria en Bogotá y fue cofundadora del taller de escritura creativa Calle 17. Su libro de poesía “Diseño de Interiores” ganó el Premio Nacional de Poesía Ciudad de Bogotá (Septiembre 2015), premio que no le fue otorgado por no firmar un formulario. Actualmente cursa una maestría en Escritura Creativa en la Universidad de Nueva York.


VOX

Andas oyendo el dictado de la olla que hierve
una voz de alimentos congelados que han perdido su valor nutricional 
que dicen que tal vez tú puedas hacer de su forma un sabor organizado


SÓTANO

Que quieres quitar de ahí
las telarañas
las capas de moho
inténtalo
a ver si no aparece de pronto la olla
con el arroz pegado
los guantes amarillos
que protegen
del jabón quitagrasa que te agrieta la piel 
y en el silencio
de quien lava platos y olvida poner música
el poema se tararea solo
como si tuviera pies
y quisiera hacer de ti un salto
es
no cabe duda
ese que dice
que se llegó al final de la carrera
y el premio es otra carrera

y si el premio es una pared
y si el premio es mugre coagulado en un sifón
y si todo fondo no es más que horas percudidas en la cortina de baño
la sala donde la luz pega directamente en el reflejo de la infancia
donde también el tema con la luz
es cosa seria

los niños
sus deseos
su canto de sirena
que tratan de arrastrarte
a la inacción
a no ser
otra cosa
que calor atemporal

su belleza
que crece
sobre  filo 
en tu garganta
raíz
que no se ve en ningún espejo
pero sabes
si no la cuidas
no la riegas
no la podas
recuerda
poner papel conciencia en las paredes
quien se ha cortado con papel sabe

lo que guarda en sus bordes el blanco