Luis Felipe González - 3 poemas




Luis Felipe González Gutiérrez. Nació en Bogotá, Colombia, en 1975. Magister en Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana. Su tesis Aportes para una teoría literaria desde una perspectiva construccionista: evaluación sobre la afinidad conceptual, metodológica y epistemológica de las teorías literarias producidas en la última década frente a los postulados generales del enfoque construccionista social (2010) fue reconocida con mención honorífica. Es psicólogo de la Universidad Santo Tomás y actualmente se desempeña como docente universitario en dicha universidad. Así mismo es autor de varios artículos científicos sobre las relaciones conceptuales entre la psicología y la literatura.
Los siguientes poemas hacen parte del libro Canto árbol publicado por la Colección Los Conjurados.

CANTO ÁRBOL
Yace estrecha a las alturas, informe,
mujer árbol. Delicia, puesta y sol que inflama
voces de otros sabios menos arbustos,
                        menos parásitos.
Prueba de ello las manos hoja. Corteza
y savia en ascendentes por los labios
que culminan en raros destellos
                        de plata, de cielo y oro enredados.
Rica humus. Verde asueto. Adornada en escombros
la risa aletea por los espasmos
de cal, de estaño, de infierno cielo
adherido a mis manos secas, de raíz
indómita, tras pasos no contados
por geólogos en países solitarios.

Cierro el silencio y aparece el viento.

Traigo recuerdos remendados a este, mi espejo.


DECLARACIÓN
La noche espera a los duendes del sueño
los meses aletean la nostalgia
el hombre en su escritorio esgrima
una lágrima
los días reclaman su porción de alegría
el sueño gime en los brazos de su
hermana, la muerte.
Los labios no dejan de pensar en la
posibilidad de la caricia
las manos se hacen más lentas
            para respirar
            su luz
            de estrellas.


CEREMONIA
Sacrifico estas manos de antorchas extintas
por el golpe místico de un murmullo,
por la palabra rota, aquejada,
y su mísero encanto en
limbos corrientes.

Sacrifico y es esto otro espasmo.
Otro rito.
Un suspiro inhábil derrotado,
suspiro
                        o canto
estrellado frente al químico perpetuo,
a la razón de un cuerpo
cansado de mirarse en el espejo.

Sacrificio. Voz derretida.
Cielo inundado
a un último y soterrado
epitafio.