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FUNDADORES: Gonzalo Márquez Cristo y Amparo Osorio. DIRECTORA: Amparo Osorio. COMITÉ EDITORIAL: Iván Beltrán Castillo, Fabio Jurado Valencia, Marco Antonio Garzón, Carlos Fajardo. CONFABULADORES: Fernando Maldonado, Gabriel Arturo Castro, Guillermo Bustamante Zamudio, Fabio Martínez, Javier Osuna, Sergio Gama, Mauricio Díaz. EN EL EXTERIOR: Alfredo Fressia (Brasil); Armando Rodríguez Ballesteros, Osvaldo Sauma (Costa Rica). Antonio Correa, Iván Oñate (Ecuador); Rodolfo Häsler (España); Luis Rafael Gálvez, Martha Cecilia Rivera (Estados Unidos); Jorge Torres, Jorge Nájar, Efer Arocha (Francia); Marta L. Canfield, Gabriel Impaglione (Italia); Marco Antonio Campos, José Ángel Leyva (México); Renato Sandoval (Perú); Luis Bravo (Uruguay); Luis Alejandro Contreras, Benito Mieses, Adalber Salas (Venezuela);
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NUESTROS AUTORES
Durante las próximas entregas publicaremos un avance de algunos de nuestros autores que estarán presentes en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, Abril 17 a Mayo 3 (2018).
Común Presencia Editores
Colección Internacional de Literatura Los Conjurados. Pabellón 3, Piso 1º. Stand 133
LAS SIETE VIDAS
He muerto muchas veces:
En velorios fotográficos, con cremaciones al olvido,
entre misas de sacerdotes que olvidan mi nombre.
Halado por las plegarias,
a través de un cordón de plata,
también he resucitado.
He caminado invisible entre las paredes de bareque,
entre los maderos que huelen a eucaliptos,
junto a los que claman por mi retorno
y saben que estoy ahí pero no me han visto.
También he nacido muchas veces,
como “Los hijos que no solo nacen del vientre”.
Siete veces he caído
y siete veces me he cambiado el nombre.
EL FARO DEL CONDENADO
Vi el ojo del carcelero por entre la pequeña abertura en la puerta del calabozo. Me encontraba recostado descansando mi cabeza sobre la esquina, cansado de merodear y caminar sobre un paisaje de cuatro metros cuadrados. Me miró fijamente por algunos segundos. El resplandor azul de su ojo rasgaba como una navaja. Me pasó un plato de avena y un vaso de agua por debajo de la puerta y me preguntó cómo iba mi condena. Recibí mi comida y volví al rincón.
Había sido un buen carcelero: siempre puntual a la hora del desayuno y del almuerzo. Cuando mis entrañas empezaban a desfallecer, ahí estaba el plato bajo la puerta para revivir la expectación vacilante que aún me acompañaba por las noches. Siempre redentor a la hora de apuntarme con su ojo, anunciándome que aún existo, pero al fin carcelero, condenado a la vigilia de aquel sentenciado a la espera.
En lo más alto de la pared del calabozo, la pequeña ventana al mundo solo dejaba ver algunas nubes y algunas estrellas huérfanas; una pequeña ventana que miraba hacia el sureste, dirección desconocida por la ruta del sol pero visitada de vez en cuando, de soslayo, por los dientes nacarados de la luna llena.
Posar la mirada en alguna de las ventanas que daban al mundo —el de afuera y el de los laberintos— desterraba el delirio que sentía por el enclaustramiento y por los bloques de los muros.
Pasaron algunos años. Siempre fui un buen condenado, arraigado a las voces de algún retazo de infancia.
Las cosas eran diferentes, ni siquiera conocía de cuantos metros cuadrados era el nuevo paisaje. Me trasladaron al patio: sentado sobre un leño viejo, con un grillete en cada una de mis muñecas y otro sobre cada uno de mis tobillos. Las cadenas salían de los grilletes hasta unas armellas clavadas entre los 30bloques de las paredes. Todas las rutas y todos los astros en algún momento de su viaje pasaban sobre mi cabeza.
El carcelero pasaba puntual como de costumbre, a la hora del desayuno y del almuerzo, con su pelo canoso hasta los hombros, con su ojo azul y su ojo derecho cubierto por un parche de cuero.
Me preguntó si extrañaba mi antiguo calabozo. Le respondí que lo extrañaba en las noches frías pero no en las noches despejadas, donde las estrellas que había visto pasar hacía varios años cobraban vida, hasta convertir las visiones de mi pasado en alegría efímera, pero verdadera. Lo extrañaba en los días lluviosos, cuando el agua aumentaba el olor a óxido de las cadenas, pero no cuando me calentaban los rayos del sol.
Me preguntó si no extrañaba caminar libre sobre el suelo de mi antigua morada y le respondí que el peso de las cadenas me hacía sentir vivo
EXPOSICION OLGA DE AMARAL
La Patinoire Royale - Galerie Valérie Bach is pleased to announce the representation of Olga de Amaral
Olga de Amaral will present her artworks in spaces of la Patinoire Royale - Galerie Valérie Bach
Opening March 29th
Exhibition from March 30th to June 16th
Opening March 29th
Exhibition from March 30th to June 16th
POEMAS DE ARGEMIRO PULIDO*
Ciudad en desencuentro
Cómo me cuesta reconocerte esta mañana
esta tarde este ritmo esta vuelta.
Cómo entras en mi estancia
opuesta desmentida
encinta de agua turbia de miradas de aves de rapiña
y de otras que me cercan con sus garras
en los recodos de los desencuentros.
En diagonal me invaden las casas sin ventanas
los nudos sin corbata las esferas sin centro
los loteros sin suerte los estruendos sin madre
las horas de la noche masticando en la esquina
sus lívidos destinos
y el día
el pleno día
deambulando sin frente en ciclos amarillos
de infinitas esperas.
Imposible identificar tu verdadero rostro
en el poliedro irregular de tus presencias.
Qué sensuales tus formas vestidas con el eco
de mañanas exóticas y cuentas de modales
de oblicuas pedrerías
Tan guapa en las postales
tomadas al bolate en ángulos cerrados
Tan moral en los libros y textos escolares.
Hábil te pavoneas en palabras azules:
bienestar paz progreso orden
siempre en promesa.
Y sin embargo el aire que respiras no vuela
ni tus flores de plástico engendran la alegría.
Detrás de tu sonrisa viven tantas ausencias.
Ciudad
gris laberinto donde unos hombres ciegos
en busca de la vida
cavan siempre a deshoras
su tumba en pleno pecho.
Ciudad
sarta de cabos.
Cómo eres en la mesa de los que te prescriben
cómo en la banca rota de los que te desean.
Ah ciudad
mi ciudad.
Voces de paz
Sospecha de las calles solitarias
de las escuelas sin bullicio
de las fábricas donde el reloj
eliminó las diferencias.
Hay ríos que llevan piedras
y no suenan
hay lunas que nos siguen de cerca
sin que nos demos cuenta
de la gravedad de sus masas
hay árboles que crecen derecho
pero no dan oído
al canto de los pájaros
hay fuegos que iluminan
pero arrasan.
Cuídate de la paz
que anuncian las fauces de los cocodrilos.
Pregúntale a Guadalupe.
Las manos que te saluden
cuando llegues
serán las que te apunten
cuando pases
las mismas que te despedirán
cuando te vayas.
Escucha
escucha
Es un idioma oscuro como el miedo.
Más vale que adviertas al agua
en el portal de la semilla
al viento en las aristas de las plumas
al niño en los recreos escolares
al hombre en la ventana del poema.
Escucha
escucha
Es un idioma libre como el beso.
Dilema
Mi madre es una sombra cobriza
mi padre es una sombra blanca
Él disfrutó rompiendo sus entrañas
ella sufrió con el desgarramiento
A él lo ajustició el remordimiento
a ella la vergüenza.
¿En qué ojos mirarme?
¿En qué rostro reconocerme?
*Tomados del libro: Poemas de luz y sombra (Colección Los Conjurados, Común Presencia Editores)
METAPHYSICA
El tiempo de vivir es para todos
Breve e irreparable.
(Breve et irreparabile tempus omnibus est vitae)
Publio Virgilio Marón
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CARTAS DE LOS LECTORES
QUERIDOS CONFABULADOS: Estaré muy presente de visitarlos en la Feria. Su editorial demuestra un gran respeto a la literatura. Andrés Castellanos.
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AMIGOS CONFABULADOS: Podrían informarme sobre los escritores argentinos invitados a la Feria? Juan Carlos Arango
R/. Es un dato que lo suministra la Cámara Colombiana del Libro, quien maneja la programación académica.
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CONFABULADOS: Complace continuar leyendo su periódico. Por fortuna tenemos gente como Carlos Arturo Castro y Omar Ardila, que sacan la cara por tanta gente que escribe sin talento alguno.Felicitaciones por su persistencia en esta labor. Yesid Morales Ramírez
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