No. 451, Variaciones del universo fílmico en la obra de Kiarostami

¡100.000 lectores semanales!


FUNDADORES: Gonzalo Márquez Cristo y Amparo Osorio. DIRECTORA: Amparo Osorio. COMITÉ EDITORIAL: Iván Beltrán Castillo, Fabio Jurado Valencia, Carlos Fajardo. CONFABULADORES: Fernando Maldonado, Gabriel Arturo Castro, Guillermo Bustamante Zamudio, Fabio Martínez,  Javier Osuna, Sergio Gama, Mauricio Díaz. EN EL EXTERIOR: Alfredo Fressia (Brasil); Armando Rodríguez Ballesteros, Osvaldo Sauma (Costa Rica). Antonio Correa, Iván Oñate (Ecuador); Rodolfo Häsler (España); Luis Rafael Gálvez, Martha Cecilia Rivera (Estados Unidos); Jorge Torres, Jorge Nájar, Efer Arocha (Francia); Marta L. Canfield, Gabriel Impaglione (Italia); Marco Antonio Campos, José Ángel Leyva (México); Renato Sandoval (Perú); Luis Bravo (Uruguay); Luis Alejandro Contreras, Benito Mieses, Adalber Salas (Venezuela);
Si desea cancelar esta suscripción gratuita por favor responda este mensaje a Con–Fabulación
con el asunto “Retiro”


STÉPHANE CHAUMET*




Selección de sus libros: Les cimetières engloutis (Al Manar, París 2013/Los cementerios engullidos (Ladrones del tiempo, Bogotá 2017) y Le hasard et la perte/El azar y la pérdida (Editorial Escarabajo, Bogotá 2017)

soy el cuchillo que se esconde
en la sonrisa del niño humillado
el hueco que la noche excava en el insomnio
la respiración de los asmáticos
el espejo de la leprosa
la última sombra del perro en medio de la calle
buscando su muerte de metal
la rodilla rota al horizonte de la frontera
la gota de ácido que cae y carcome la lengua
soy el balbuceo de la lengua carcomida

je suis le couteau qui se cache
dans le sourire de l’enfant humilié
le trou que la nuit creuse dans l’insomnie
la respiration des asthmatiques
le miroir de la lépreuse
la dernière ombre du chien au milieu de la rue
cherchant sa mort de métal
le genou cassé à l’horizon de la frontière
la goutte d’acide qui tombe et ronge la langue
je suis le balbutiement de la langue rongée

he bebido el vacío a morro
tan negra era mi sed

y nado
para escapar a las horquillas
para buscar las fallas
para socavar las raíces de viejos reflejos mentales
articulo mi lentitud desafío mi herida
borro con negro mis huellas

y tanto nadé
que en la punta del agotamiento
allí donde se fisura el insomnio
allí donde se tensa el nervio escondido
donde la máscara se rompe
donde el hueso quiebra el vidrio
donde la sangre recupera su fuente
encuentro una mujer
bella como un bosque en llamas
j’ai bu le vide au goulot
tant ma soif était noire

et je nage
pour échapper aux fourches
pour chercher les failles
pour saper les racines de vieux réflexes mentaux
j’articule ma lenteur défie ma blessure
efface au noir mes traces

et j’ai tant nagé
qu’à la pointe de l’épuisement
là où se fend l’insomnie
là où se tend le nerf caché
où le masque se casse
où l’os brise le verre
où le sang récupère sa source
je rencontre une femme
belle comme une forêt en feu

el esplendor de esos dioses se adivina
en la forma tallada por manos humanas
su cara en papilla de piedra
el tiempo también pasa para los dioses
como pasará sobre nuestros ídolos contemporáneos
sobre los profetas ávidos de sangre
la única huella que persiste a nuestro instinto de muerte
es el deseo herido de belleza
la splendeur de ces dieux se devine
dans la forme taillée de mains humaines
leur visage en bouillie de pierre
car le temps aussi passe pour les dieux
comme il passera sur nos idoles contemporaines
sur les prophètes assoiffés de sang
la seule trace qui persiste à notre instinct de mort
est notre désir blessé de beauté

emprendiste el camino
tu familia ignora si estás muerto o vivo
quizá prefieren creer en tu abandono
o que te escondes en la vergüenza y el silencio
nadie aquí sabe quién eres de dónde vienes
a nadie le interesa
han dado a tu cadáver su última huella de humanidad
y gravado con un palo de madera
dos letras en una capa de cemento
                      N.N.
quizá en medio de la noche una madre o una hermana te llama
quizá eres de los que después de su muerte
nadie nombrará
tu as pris la route
ta famille ignore si tu es mort ou vivant
peut-être préfèrent-t-ils croire à ton abandon
ou que tu te caches dans la honte et le silence
personne ici ne sait qui tu es d’où tu viens
personne ne s’y intéresse
ils ont donné à ton cadavre sa dernière trace d’humanité
et gravé avec un bout de bois
deux lettres dans une couche de ciment
N.N.
peut-être au cœur de la nuit une mère ou une sœur t’appelle
peut-être es-tu de ceux qu’après leur mort
personne ne nommera

* Stéphane Chaumet (1971, Dunkerque, Francia) ha pasado largas estancias en países de Europa, América latina, Medio Oriente y Asia. Ha publicado las novelas: Même pour ne pas vaincre (Le Seuil, 2011)/Aun para no vencer (Vaso Roto, México 2013), adaptada en el teatro en Francia en 2012; Les Marionnettes (Le Seuil 2015)/Las Marionetas y el relato Au bonheur des voiles (Le Seuil 2013)/El paraíso de los velos, crónicas de Siria (Pre-Textos, España 2016); los libros de poesía: Dans la nudité du temps/En la desnudez del tiempo (L’Oreille du Loup, 2007); Urbaines miniatures/Urbanas miniaturas (L’Oreille du Loup 2007); La traversée de l’errance/La travesía de la errancia (La Cabra, México 2010); Les cimetières engloutis (Al Manar, 2013)/Los cementerios engullidos (Ladrones del tiempo, Bogotá 2017); Fentes/Fisuras (Al Manar 2015); Le hasard et la perte/El azar y la pérdida (Escarabajo, Bogotá, 2017); y el libro de fotografías: El Huésped/L’hôte, l’autre, fotos de Siria antes de la guerra (Uniediciones, Bogotá 2017). Tradujo al francés a varios poetas latinoamericanos y españoles contemporáneos, también a la poeta alemana Hilde Domin y a la persa Forough Farro

HABLEMOS DE CINE



Por Omar Ardila*

Variaciones del universo fílmico en la obra de Kiarostami

Resulta bastante paradójico que alguien, sin haber bebido intensamente de la tradición cinematográfica, fuera quien realizara tantos y tan claros aportes para que la imagen-movimiento (constitutiva del cine) se renovara y tomara mayor conciencia de su existencia dinámica. Kiarostami (1940 – 2016) no tuvo dificultad para confesar que no había sido cinéfilo ni tampoco estudioso de las obras maestras del cine. Sin embargo, por medio de sus películas, siempre estuvo proponiendo un discurso crítico que, evidentemente, le dio un nuevo aire a la discusión sobre la trascendencia del audiovisual como constructor de realidad. La verdadera influencia que aceptaba Kiarostami era la del director italiano del neorrealismo, Roberto Rossellini. La preocupación de éste último por hacer que la vida sencilla y el rostro del pueblo llenaran las pantallas, fue retomada por el director iraní, pero tomando cierta distancia de la intención política que sí albergó el cine italiano de los años cincuenta y sesenta.
Kiarostami creó un cine “depurado y conceptualmente sencillo” que buscaba romper la barrera entre ficción y realidad, integrándolas con una propuesta narrativa en la que a partir de relatos con argumentos breves (reflejo de las “micro acciones” esenciales en la vida real) dirigía sobre el modo en que los personajes establecen relaciones temporales con personas o cosas. Desarrolló un cine que creaba su propio dispositivo, extrañamente, prescindiendo de elementos cinematográficos fundamentales (dirección de actores, manejo de la luz y producción de sonido). También criticó los artificios del montaje y del uso del campo-contracampo para tratar de mostrar las situaciones simultáneas. En subsidio, propendió por la utilización de panorámicas, de travellings y de la profundidad de campo.
La búsqueda de su cine siempre provocaba un viaje. Cada película era un trayecto que se complementaba con el juego de miradas de los personajes, quienes se iban apropiando de la naturaleza circundante. Además de mostrar fragmentos de su país, Kiarostami se propuso dar a conocer cómo se desarrollaba el mecanismo del cine – haciendo un “cine dentro del cine” – para hacer claridad sobre lo artificioso de ésta expresión artística.
El cine de Kiarostami no buscó representar la realidad, más bien quiso “atraparla”, pero como era consciente de que esto no era posible, entonces, poetizó el camino de la búsqueda y participó en la construcción de realidad ahondando en las fisuras de la vida. En la narración que construyó, hubo una exaltación de los “tiempos muertos”, éstos fueron para el director iraní, la materia prima que alimentó sus filmes. Poco a poco iba esculpiendo el tiempo, mostrando su flujo silencioso y contundente. En sus filmes, cada pausa renueva, enriquece; es un refuerzo para la estructura dramática. Por su parte, el espacio fue el protagonista de su obra, en ella dejó de ser decorado para aparecer como la primera revelación. Por su parte, las narraciones no se agotaban, todos los finales de sus obras quedaron abiertos. Kiarostami dijo que el espectador no tiene por qué divertirse cuando va al cine sino que tiene que reflexionar, establecer un diálogo con el autor para que su aporte tenga cabida en la construcción de una realidad cinematográfica.
De su excelsa filmografía, rescatamos para comentar El viento nos llevará (1999). Este es, sin duda, uno de los filmes con mayor contenido poético en la obra de Kiarostami. El nombre es tomado de un poema de Forough Farrokhzad (1935 – 1967), una de las poetas iraníes más importantes del siglo XX, quien renunció a los antiguos cánones líricos de la poesía persa para expresar con soltura su encantamiento ante el mundo.
El relato central nos muestra a unos periodistas que van como comisionados de la Televisión Iraní para filmar un ritual fúnebre en una lejana aldea Kurda (“Valle negro”), donde una mujer de más de cien años está a punto de morir. Desde el arribo, Behzad (el responsable del trabajo) establece una relación de amistad con Farzad (niño en edad escolar). Juntos, a través de conversaciones sencillas pero profundas existencialmente, nos harán descubrir los dos mundos que se encuentran (el de la aldea con sus prácticas ancestrales y el de la capital con sus fines productivos). Contrario a los intereses de Behzad, la anciana no muere sino que empieza un proceso de recuperación. Por tanto, después de esperar durante dos semanas, decide regresar con las manos vacías, pero con el corazón totalmente renovado.
La película tiene una serie de elementos que corroboran lo anotado anteriormente sobre el cine de Kiarostami. Se reafirma el espacio como protagonista. La primera secuencia (10 minutos) nos muestra en bellas panorámicas los alrededores del “Valle negro”; luego, en picados y contrapicados, nos enseña la villa colgada en las montañas. Ya en el poblado, delicados travellings nos dan a conocer las casas, los caminos y las personas; cada corte nos sorprende gratamente con inesperadas angulaciones que permiten disfrutar de las luces y de las sombras naturales.
El centro de la historia nos es revelado en una cifrada conversación, apenas al promediar la película. No se dan a conocer muchos elementos que en una narración clásica se espera que sean revelados: nunca aparece la mujer que está a punto de morir, ni los acompañantes de Behzad, tampoco los dueños del medio informativo que los ha enviado, con quienes conversa a diario por teléfono. Hay una economía de recursos, una depuración de presencias. En cambio, sí hay “tiempos muertos” a los que se les da igual importancia que a los estrictamente inmersos en la historia. En uno de esos flujos temporales, la cámara sigue a una manzana que rueda por un canal; en otro, sigue el caminar de una tortuga; en uno más, se detiene ante un insecto que empuja su alimento. Asimismo, hay una secuencia reiterativa (5 veces) en la cual Behzad se desplaza a la cima de una colina para buscarle señal a su teléfono móvil. En otro fragmento de 5 minutos, se muestra, en primer plano, a  Behzad afeitándose, mientras conversa con una mujer que está en la casa posterior. Dichas pausas sirven para hacer más natural el artificio cinematográfico, pues se sumergen en el ritmo cotidiano de los seres y las cosas, manteniendo el sonido ambiental de forma tan sutil que por momentos parece un trabajo documental.
El filme también establece “extrañas” relaciones conceptuales, como en la secuencia en que mientras una joven ordeña una vaca, Behzad le recita un poema de Forough. De ésta forma, hace evidente la sencillez poética que está presente en las situaciones cotidianas. Es la misma sobriedad que acompaña el final del filme, cuando la cámara va tras de un hueso que Behzad lanzó a un arroyo. Éste es el único momento en que aparece una música extradiegética con un tono sublime, el cual persiste hasta el final de los créditos.

EXPOSICIÓN ITINERANTE










Con el sugestivo título de Relatos íntimos, doce artistas contemporáneos inician esta exposición itinerante que del 6 al 29 de Abril, recorrerá el Museo de Arte Moderno de Bucaramanga, Museo de Arte Moderno de la Universidad del Magdalena (Santa Marta) y el Complejo Cultural de la Antigua Aduana de Barranquilla.
     

DOS MINIFICCIONES DE LA COMETA INFINITA

Nana Rodríguez*

Agujeros


Esa noche, me llamó a las dos de la madrugada. Como siempre sus llamadas me sobresaltan y más aún a esa hora. Su voz sonaba como un delirio que podía sentir a través de la bocina del teléfono. Me imploraba que fuera, que no lo dejara solo.
Con sueño y molesto por el frío, me vestí y tomé un taxi rumbo a su casa que por cierto quedaba bien distante de la mía. Al llegar, lo encontré sobresaltado, sudando y con los ojos intranquilos, caminaba sin cesar a través del estrecho espacio que conformaba su apartamento. Tenía apilada una gran cantidad de periódicos, trapos, pedazos de espuma, pañuelos; me entregó una bola de papel arrugado y me pidió que taponara el desagüe del lavaplatos; cuando miro con cuidado y descubro que todos los agujeros de la estufa, las cañerías, los interruptores y rosetas de los bombillos, las llaves del agua, los huecos que alguna vez albergaron una puntilla, las ranuras de las puertas y las ventanas están selladas.
Camina, camina, camina, indaga, se detiene,  se desploma sobre el tapete, me acerco y lo abrazo, le pregunto qué sucede, pero sólo obtengo como respuesta un llanto ahogado, aprieta unos trozos de papel y se los introduce en la boca.
Como siempre,  espero con paciencia, le acaricio el cabello, y por fin con un hilo de voz me dice que la casa está invadida, que entran por los agujeros y tratan de enloquecerlo. No detengo la caricia, poco a poco se adormece, levanto su cuerpo leve y lo acuesto en el sofá. Duerme con una respiración que me convence de marchar  de nuevo a  casa. Subo las escaleras, abro la puerta, enciendo la lámpara. Me siento en la poltrona, algo me molesta, es como un zumbido, me llevo las manos a los oídos y encuentro un gran tapón enroscado en el agujero de mi oreja izquierda.


Confabulación

Hace unos meses rompió con el marido. No soportaba su mirada lujuriosa a través del ojo de la cerradura, ni sorprenderlo en plena observación de la mujer de al lado, cuando despertaba en las mañanas.
El continuo acoso del jefe, los chismes y murmullos de los compañeros, la envidia de las mujeres por su elegancia, el café frío a propósito para fastidiarla, los llamados de atención del vigilante por dejar el auto mal parqueado, fueron los motivos para que renunciara  a su trabajo.
Como si fuera poco, los electrodomésticos se han confabulado. La aspiradora la persigue por toda la casa, ella dice que esa boca ruidosa, la quiere engullir por la costumbre cotidiana de empolvarse la nariz. El teléfono es un espía que no para de timbrar para enloquecerla, a ella tan serena. El horno microondas es uno de los peores enemigos, sube a temperaturas insoportables para ampollarle la piel, y a espaldas se burla en complicidad con el secador del pelo.
Ya no sabe qué hacer para escapar de sus perseguidores, sobre todo, de esa mujer que la mira con horror desde el fondo del espejo.

*Escritora colombiana. Ha publicado los libros de poesía: Permanencias, Hojas en mutación, Lucha con el ángel, El bosque de los espejos, El oro de Dionisios. La piel de los teclados. Vendimias del desierto, El orden de otros días. Libros de minifición: La casa ciega y otras ficciones, El sabor del tiempo, Efecto mariposa. Estudio literario: Elementos para una teoría del minicuento. Micronovela Juanantonio. Invitada a varios encuentros de escritores y poetas en México, Uruguay, Venezuela y Colombia. Seleccionada para varias antologías nacionales e internacionales en poesía y minificción. Becaria del Ministerio de Cultura y ganadora del Premio Nacional de poesía Ciro Mendía 2008. Docente de Humanidades en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.

METAPHYSICA

No es la espada
lo que brilla en la confusión de lo que viene.
No es el sable, sino el miedo y el látigo.

Octavio Paz

(De: Arenas movedizas)

***
CARTAS DE LOS LECTORES

CONFABULADOS AMIGOS: corrijan dos errores en el poema de Miguel Hernández, por favor:
verso 9 desde el final: "y tu sangre se irán a cada lado", verso 4 desde el final: "A las aladas almas de las rosas". "irán" concuerda con "disputando"; puesto en orden gramatical, no poético, sería: "tu novia y las abejas se irán disputando a cada lado tu sangre". Gracias por la revista, y por responder y aceptar sugerencias. En internet hay muchos errores de copia en los poemas, no es una fuente fiable cien por cien. Un cordial abrazo, Jesús Munárriz España

R/r. Presentamos disculpas a nuestros lectores por los errores aparecidos en el poema de Miguel Hernández, y agradecemos a Jesús Munárriz su valioso aporte para la corrección del mismo, cuyos versos finales se transcriben a continuación.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

***

AMIGOS CONFABULADOS: Gracias por el hermoso poema de Miguel Hernández. Uno de los más grandes poetas españoles de todos los tiempos- Bertha Arias Díaz

***
QUERIDOS CONFABULADOS: Excelentes las notas del escritor Jorge Eliécer Ordóñez sobre la Premio Nobel de Literatura Svetlana Alexiévich. Lindo relato muy bien documentado. Gracias. Fabio Enrique Huerta
***


CONFABULADOS: Muy buena la reseña de Omar Ardila sobre Enrique Buenaventura, Lindo homenaje a este gran cineasta colombiano. Muriel García Luna