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FUNDADORES: Gonzalo Márquez Cristo y Amparo Osorio. DIRECTORA:
Amparo Osorio. COMITÉ EDITORIAL: Iván Beltrán Castillo, Fabio Jurado Valencia,
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EL EXTERIOR: Alfredo Fressia (Brasil); Armando Rodríguez Ballesteros,
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con el
asunto “Retiro”
CONTRACORRIENTES- DIEZ
AÑOS DE APARICIÓN
Acaba de cumplir Diez años
en la escena literaria, el generoso blog de Contracorrientes, que desde Caracas
llega puntualmente todas las semanas. Con-fabulación saluda a su creador: Poeta
Luis Alejandro Contreras y celebra la continuidad de este proyecto, que pese a
las adversidades de la hermana república de Venezuela, persiste en su difusión
cultural. Transcribimos a continuación una de las primeras notas aparecidas en
su fundación.
Por: Luis
Alejandro Contreras
Caro
lector: no he pretendido, en modo alguno, “ejercer” aquí una
variante de crítica intelectual ni, mucho menos, una rara especie de exégesis
poética. Son apenas cinco o seis imágenes obsesivas que se repiten
incesantemente, cambiando el color y corte de sus trajes. No es un libro de
hallazgos, en el sentido de superación personal, tan en boga en nuestros días;
si -hoy por hoy- todavía puede tener algún valor la palabra de un hombre, la
confesión, la declaración sincera, puedo decirte que esta colecta de dicciones
y contradicciones no ha tenido, en su gestación y orquestación, ninguna
intencionalidad dirigida. Si ha de tener alguna, quizás sea la de cierto culto
maniático por la poda de las ideas, lo que se traduce en una poda de las
palabras (siempre me he encontrado incómodo entre jardines edulcoradamente
adornados, me siento como un perfecto farsante). El azar se roba el papel del
más terrible seductor; así que siento más bien a este libro, como una reunión
-acaso un diálogo- de sorprendimientos (espero sea dispensado por el trance de
tener que apelar a palabra inexistente, mas no lo puedo expresar de otra
manera); sorprendimiento de la imagen subrepticia, la idea que se impone a
fogonazos; sorprendimiento del sueño en la vigilia y de la imago que sale a
flote engarzada entre las redes del sueño. Sorprendimiento de un lenguaje que
quiere crecer a su capricho, a pesar de unas bien afiladas tijeras. Obviamente,
hay en él algo de pensamiento -perogrulladas, tal vez, acaso haya que volver a
ellas- pero, ni lo guardo bajo custodia ni lo creo de mi exclusividad, por
fortuna. Si tuviera que decir algo, en mi descargo, para complacer o
soliviantar el ánimo de los practicantes de la crítica con lupa, los cazadores
de analogías, les diría -a riesgo de parecer altaneramente afirmativo- que
tengo la certeza de la existencia de coordenadas, correspondencias del espíritu
y del pensamiento en la memoria y el olvido; correspondencias del sentido, es
decir, del pensamiento vivido, vibrado y de la vida padecida en el alma;
correspondencias del instinto bruto, sabiamente animal y del humano sentimiento.
Sostengo que tales correspondencias no podrán nunca obedecer a un acto de
voluntad individual y que, además, no puede uno decidir alistarse en tales o
cuales coordenadas. Se nace siendo instrumento y aunque somos, también,
melodía, ni somos el solista, ni el director del coro. Tampoco pongo en duda la existencia de la voz que nos
habla quedamente desde el otro lado del frágil espejo que somos; la voz cuyo
influjo Robert Graves atribuyó a una Diosa Blanca. Acaso, de este libro, mía
sea tan sólo la letra. Pero ya basta. Más no te puedo apuntar, porque ello
sería transgredir lo azaroso de su decir.
POEMAS DE CARLOS CIRO*
para quien ya dio
el paso que daré
para quien toma
mi mano en sus pasos
para quien transita
en mí
y es mi latido
aurora
inoportuna luz
contra los párpados
acaso también el día
tambaleante
se rehuse
con las manos clavadas
en la almohada del sueño
mientras crecen
sus cabellos de luz
acaso también el día
se sepa un insecto
arrebatado por su propia mano
a los brazos de la noche
y se desplome impotente
sobre la vida indefensa
henchida de presagios
y de
sombras
en el sueño
un río de piedra
me conducía al mar
no soy ya
quien fui entonces
y
ahora
todo es antes
y anhelo
glacial quietud
oscuridad
espuma de ola en playa de basalto
media vida
desatando este nudo
para volver a soñarlo
al amanecer
algo ardía
un trozo de sombra
al interior del papel
alguien en mí
quiso verte descalza
atravesando la hoja
naciendo de la hoja
en la desnudez más perfecta
algo ardía
al amanecer
acaso alguien
entre las cenizas
acudiría
corpórea toda ausencia
la tibieza del silencio
en la esquina de la luz
donde no habitas
es mi patria
la oquedad de tu palabra
buscando un resquicio de aire
en el umbral del sueño
la fría transparencia
de una lágrima
bajo el fuego sosegado
del párpado febril
cruzo tu sombra
y soy yo quien me extingo
confío mi aliento
a esta copa
diciendo en ella
la palabra nube
no sé si pierdo la nube
o pierdo el aire
pero la voz
se aleja
* (Medellín,
1974) es traductor literario y escribe poesía y ensayo. Ha traducido al español
y al inglés autores de lenguas portuguesa, inglesa, francesa, alemana, italiana
e inglesa. Por más de veinte años ha estudiado y traducido obras de Fernando
Pessoa para diversos espacios virtuales bajo el nombre de “Pessoas de Pessoa”
desde 1996. Su compilación y traducción "Yo soy una antología –poemas
selectos–" de Fernando Pessoa, fue publicada por la Editorial
Universidad de Antioquia en 2014. Traduce al poeta y novelista portugués Valter
Hugo Mãe para Tragaluz Editores. De su escritura, las series: 'Piedras'
(2001), 'Episodios' (2009), 'des-hojas' (2013) y 'tránsitos'
(2016), han figurado en algunas revistas literarias y en ediciones de limitado
tiraje, en blogs literarios (incluído su blog 'Errancias de sombra') y en redes
sociales; y algunos de sus ensayos han sido publicados como estudios
introductorios, prólogos y como parte de volúmenes colectivos. Con la Corporación
Cultural La Bisagra ofrece y orienta talleres literarios y clubes de
lectura y edita La Bisagra. Revista de creación poética.
POEMAS DE LUZ HELENA
CORDERO*
Tomados de la antología “Azul Casi Púrpura” (2017), que acaba
de comenzar a circular con prólogo de Carlos Fajardo Fajardo, libro que reúne
la voz de cinco poetas colombianas: Patricia Suárez, Orietta Lozano, Amparo
Osorio, Luz Helena Cordero y Eugenia Sánchez Nieto
SER
PIEDRA
Piedra soy.
En piedra me conjugo,
me solazo, me habito, me trituro,
me quiebro, me
decanto, me vierto, me acongojo.
Soy la que no teme al
rayo, al cuchillo, al grito.
La negación del
viento y sus caballos,
la envidia de la
hoja,
la tentación del
agua, su juguete.
El ejemplo que
ofende,
la fría certidumbre,
el cuerpo donde
fracasa la muerte.
Soy la casa que te
sobrevive,
el barro que pisaste,
la pesadilla y su recuerdo,
el río detenido,
la hora que
atraviesas, temeroso,
lo que callas y te
pesa en el estómago,
el punto de quiebre
de la flor,
el canto mudo de la
tierra,
el enigma, la ruina,
la amenaza.
Soy la forma que
ofende al círculo,
la agonía de la
línea,
el borde que lastima
y crece en el dolor,
la pedante, la que
vence las uñas de la fiera,
la incorrupta, la que
luce su corazón de yeso
por el que claman los
dolientes y sus sombras.
No me afano en ser
piedra
y soy piedra por
todos los costados.
Solo la belleza me
fragmenta.
PARA ARMAR UNA MUÑECA ROTA
Tengo tu mano grácil,
quizá con muchas aristas
que se dirían huesos
afilados para rasgar la noche.
Tengo tus brazos de
ángulos imprevistos,
esquinas sorpresivas
o caprichos del duende
que quiso para ti
otra forma del abrazo.
Tengo tus piernas
rotas y zurcidas por el arte de Gepetto,
tus piernas talladas
que se esconden bajo la mesa
y se duelen de tu
desaire cuando estás a punto
de arrancarlas con un
grito.
Ellas que fueron
esculpidas para desafiar las mareas.
Tengo tus pies
extraviados en algún rebujo de la cama,
mirando cada uno
hacia rincones opuestos
por temor a
encontrarse con tus ojos.
Tengo tus ojos
cerrados, perdidos en la nube del recuerdo,
hechos de una negrura
infatigable,
mecanismo perfecto
que lo penetra todo.
Tengo tu boca que
sonríe, roja forma del lenguaje,
hecha para devorar y
construir el mundo.
Tengo tu piel
esmaltada, jardín de olores y vestigios.
¿Cómo armar esta
muñeca descuadernada
que sueña ser una
grácil princesa de aserrín?
Tengo por fin tu cabeza
rellena de nubarrones
y sólo puedo poner en
ella el soplo del ángel
que te quiso única e
idéntica a ti misma,
muñeca barroca y
oblicua como las raíces o los frutos.
Muñeca rota,
yo te armaría de
nuevo
con la fuerza y el
alma de los árboles.
Para Martha Viviana
SAMUEL
Tenía las manos
cubiertas de señales, matizadas de tiempo,
las manos justas para
acariciar palomas y acomodarse el sombrero.
Todo en su piel era
un mapa de sucesos.
Alto y delgado, en la
espalda tenía la curva exacta
para acomodar el
costal, la casa
y la memoria, justo
lo que más le pesaba.
Samuel olía a leña, a
campo,
sus alpargatas
hablaban de veredas, de agobio.
Fue un niño medroso,
con los ojos enormes del espanto.
Sin otra razón para
crecer,
se vio forzado a
habitar su estatura.
Más allá del humo,
del machete,
de la historia que
engullía sin dientes,
de sus labios salían
coplas, cándidas retahílas.
Nunca dejó oír una
queja, excepto en las pesadillas
en las que volvían la
madre, el fuego, sus manos mínimas.
Samuel fue a vivir a
nuestra casa
y con él llegaron la
tierra, la cuajada,
la historia de un
país desconocido.
Era un enigma errando
entre los carros,
desatinado como un
cisne en la avenida,
héroe y víctima de la
adversidad.
La historia no se
ocupa de personas así, fundamentales,
sin ellas no es
posible atar los cabos,
templar las cuerdas
de la voz.
Nunca supo trazar una
letra
pero hoy habita estas
palabras.
ELEGÍA A DOS VOCES
No es verdad que extraviaras el camino,
solo cabía girar sobre tus propios pasos
en un desierto espeso.
Ella – la poesía – al menos fue tu sombra.
Enrique Lihn
No es verdad que extraviaras el camino.
No es cierto que
fueras al mercado.
Solo cabía girar sobre tus propios pasos,
sobre las ruedas del
auto que se había vuelto tu armazón,
tu crecido cuerpo de
latas, menos resistente que tus huesos.
Sólo giraste el timón
hacia un final de silencio cerrado, inconcluso,
en busca del lugar
que se extravió para siempre en tu prisa.
Buscabas el
resplandor azul que detuvo tus manos,
la última palabra
congelada, hueca en su sueño de campana.
No es verdad que
fueras al hospital.
Solo regresabas al
centro de ti mismo,
ibas hacia el final
del sueño
y no llevabas los
zapatos atados a la tierra.
Para qué habrían de
servir en la desnudez de un tiempo inexistente,
roto de ti y por ti,
libre ya la ola para
desanudar las horas cautivas.
No es verdad que
fueras a parte alguna.
Venías hacia aquí, al
encuentro de este vacío, de este desierto
espeso,
en busca de otro
cuerpo menos atormentado, más liviano de cargar.
Paraste a la hora
convenida, en el lugar tantas veces repasado
como el viejo
capítulo de la misma novela que recitabas de memoria,
aunque nunca la
escribieras.
Ibas hacia el mar,
hacia el nudo ciego de las mareas,
al nacimiento del
misterio.
Y llegaste a tiempo
para vestir un silencio fragmentado
que solo puede hilar
la poesía.
No es cierto que
fueras al mercado porque tu hambre, porque tu sed,
por la desolación de
las vísceras.
No es cierto que
extraviaras el camino.
Llegaste aquí. Al encuentro
de estas palabras.
Ella – la poesía – al menos fue tu sombra.
Para Antonio Conte,
in memoriam
* (Bucaramanga, 1961) Psicóloga, Magistra en Literatura. Su
obra incluye poesía, narrativa y ensayos literarios. Libros publicados: Postal de la memoria (antología
personal). Ibagué: Caza de Libros, 2010; Por
arte de palabras. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, 2009; Cielo ausente. Ediciones Sociedad de la
Imaginación, Bogotá, 2001; El puente está
quebrado. (Relatos). Editorial Magisterio, Bogotá, 1998; Canción para matar el miedo. (Cuentos).
Editorial Magisterio, Bogotá, 1997; Óyeme
con los ojos. Verdehalago, Ciudad de México, 1996 y Editorial Trilce,
Bogotá, 1996. Algunos de sus poemas se han traducido al inglés, al portugués y
al alemán. Incluida en diversas antologías colombianas y de América Latina.
El martes 15 de agosto Trilce en La Galería tendrá la presentación de los escritores Pedro Badrán y Carlos Alberto Martínez. 7:00 p.m.
METAPHYSICA
Estudia tu esencia. Como el
firmamento
girará tu cabeza vertiginosamente
Omar Khayyam
(Del libro: Auténtico Rubayat,
traducción del original al inglés:
Omar-Ali-Shah
Traducción al español: Luis Rafael Gálvez)
CARTAS DE LOS LECTORES
CONFABULADOS
QUERIDOS: He
buscado por todas partes el libro de Grandes entrevistas publicados por ustedes
pero en ninguna librería lo tienen. Lo podría conseguir en su Fundación? Camilo
Abella Ruíz.
R/. Desafortunadamente se encuentra agotado.
Estamos considerando una nueva edición.
***
AMIGOS DE CONFABULADOS: No pude ir a la presentación del libro del maestro Socarrás,
muy a mi pesar, y quisiera saber dónde puedo comprarlo. Mi saludo agradecido
para todos, Martha Renza
R/. Se encuentra en todas las librerías del
país, pero también puedes adquirirlo en nuestra Fundación. Tel: 2495782
***
APRECIADOS AMIGOS CONFABULADOS: Leer a Gabriel Arturo Castro es siempre para mí, como
seguramente para muchos más, una experiencia de alta poesía. Su ensayo sobre el
lenguaje poético es tan revelador como bello en la forma y el fondo.
Recientemente estoy releyendo, justamente, el compendio maravilloso de sus
poemas, sin duda excelentes, fundamentales en nuestra actual poética
colombiana. Muchas gracias y saludos. Pedro Arturo Estrada