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HERNANDO SOCARRÁS
A Conchi, siempre.
a nuestros hijos
reunidos
así.
HIERBA
Tonos oscuros de la hierba
abierta
Tonos claros. Repartidos.
La página siguiente:
arrastramos lo que podemos
cargar
y luego
la vegetación se encierra en el vacío
sin tocar
el cuerpo que nos busca
RELÁMPAGO. Luz que no ve.
La poesía retiene la primera voluntad
de las palabras
DEL ÁNGEL, La devoción por sus
cabellos de grano fino.
Su boca es un abismo
Que muerde panes de centeno
BURKA UNO
Detrás del místico
laberinto
la oscuridad sin falta
CON EL SOL
Voy a recuperar por ti
la espalda.
Con el sol sobre tus hombros
y el esfuerzo
por la diferencia que debo
conservar
si caemos juntos,
si nos cubre el mismo cielo
protector
BORGES
Recupera la oscuridad
y la reparte
Donde el sol podría soltar
cualquier distancia
o aplazarla.
La memoria,
tacto
casual de los libros.
SOY UN ÁRBOL - ORHAN PAMUK
Premio Nobel de Literatura (2006)
Un gran maestro franco y otro gran pintor iban paseando por un prado en la tierra de los francos hablando de arte y pintura. De repente se encontraron un bosque. El que era mejor pintor le dijo al otro: «Pintar según las nuevas formas requiere tanta habilidad que si reproduces uno de los árboles de este bosque cualquier curioso que viera la pintura y luego viniera hasta aquí debería poder diferenciar ese árbol de los otros si quisiera».
Yo, esta pobre imagen de árbol que veis, le doy gracias a Dios por no haber sido pintado con semejante intención.
Y no porque tema que de haber sido pintado a la manera de los francos todos los perros de Estambul me habrían tomado por un árbol auténtico y se me habrían meado encima. Sino porque yo no quiero ser un árbol, sino su significado.
LA ENSEÑANZA DE LA LITERATURA EN TIEMPOS DE PANDEMIA
Jessica Cárdenas Rodríguez
En este sentido, nuestro quehacer… implicaría exorcizar, conjurar y, además, reparar.
Alejandra Pizarnik
Nadie nunca pensó una mañana al mirar el calendario, que una coyuntura histórica de la que solamente se había tenido certeza en los libros, iba a llegar para hacernos repensar la escuela y sacar a la vieja educación de sus dinámicas tradicionales. Educar en tiempos del Covid-19 implica una transformación frente a las metodologías y modelos pedagógicos que se plantean en el aula; la pandemia ha hecho que volvamos a centrar nuestra mirada en el pilar fundamental del proceso educativo; el ser.
Por ello, en medio de este momento histórico que estamos atravesando, los procesos de enseñanza – aprendizaje tienen el deber de responder a las exigencias y necesidades planteadas por el contexto actual, siendo importante integrar en la formación del educando las habilidades del siglo XXI, que no son otra cosa que retornar al desarrollo del ser a medida que potencia su saber, habilidades específicas como la comunicación, la empatía, la creatividad, la resiliencia y la adaptabilidad, que constituyen hoy instrumentos de empoderamiento para nuestros estudiantes.
Categorías como las mencionadas potencian el concepto de alteridad, se manifiestan como capitales a la hora de vincularnos en la interacción con los otros, nos hacen realmente ser humanos, teniendo en cuenta que este concepto no es solamente biológico, sino que también enraíza elementos fundamentales a nivel de valores, que son preponderantes para el impacto social positivo que debe tener el sujeto posterior a esta crisis que hoy nos acontece. Tenemos que salir renovados de esta experiencia temporal y retornar a las instituciones educativas con otro tipo de configuraciones, ese retorno que también implica volver a las médulas, a los centros; nuestra esencia como seres humanos, entender la valía del otro, no desde el plano del materialismo obtuso ni de la imagen, antifaz de lo terrible, sino desde la verdadera importancia que implica la otredad, eso, es en este momento que nos convoca, lo más significativo para poder hacer sociedad.
Un día la realidad que todos concebíamos entre los parámetros de la normalidad y el orden, se transformó en una distopía como aquella que solo habíamos leído en las obras literarias de los autores del siglo XX. Quién creería que conceptos como virus, muerte, pandemia y confinamiento se iban a convertir en una serie de términos que abarcarían nuestra vida en su totalidad. Una mañana dimos un último abrazo sin saber que pasarían meses para que esto volviera a suceder, no se nos pasó ni un segundo por la cabeza, pensar que no volveríamos a estrechar la mano del otro, el último día nosotros, los profesores, terminamos nuestras sesiones de clases, sin saber que ese adiós para nuestros estudiantes sería más largo que aquellos que habíamos dado con anterioridad.
La distopía y la ciencia ficción se convirtieron en realidad y nos han hecho protagonistas de sus historias, todo lo que habíamos enseñado en las aulas frente a la literatura como catarsis y registro histórico de lo que había acontecido en otras épocas tiene hoy más que en cualquier otro tiempo validez y es refugio para nosotros como especie humana. Hoy comprendemos obras como 1984 de George Orwel, El Decameron de Giovanni Bocaccio, La peste de Albert Camus, El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez y entendemos más que nunca porqué Alejandra Pizarnik escribía para reparar la herida fundamental.
Enseñar literatura en medio de una pandemia tiene otras connotaciones, es permitirle a los estudiantes identificar la relación del contexto socio histórico al sentir del autor que queda plasmado en la obra literaria, es abrirles la puerta a poder expresarse a través de la escritura, haciendo de paso un ejercicio clínico, permitirles verse reflejados en las obras y en los personajes de los autores, recorrer épocas y espacialidades lejanas, permitiéndoles ser otros, escapar a la sombra de la rutina y del tedio, y por último posibilitar el dejar un registro a través de las palabras de ese sentir en medio del caos y el desasosiego. Las artes, en general, tan vilipendiadas por las elites, por las clases “poderosas” de nuestros países, y muchas veces humilladas a oficios de poca monta, hoy más que nunca nos arropan en su sublime compañía, y a muchos nos están salvando de la monotonía y de los días que se repiten.
Bibliografía.
Figueroa, M. (2017). Habilidades del siglo XXI para todos. Portal Compartir Palabra Maestra. Disponible en: https://www.
Limachi, J. (2020). La literatura trata epidemias universales como la COVID-19. Portal Xinhua Español. Disponible en: http://spanish.xinhuanet.com/
METAPHYSICA
En la Tierra
alguien mira, siente y llora.
Luis Rafael Gálvez
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CARTAS DE LOS LECTORES
AMIGOS CONFABULADOS: Un saludo muy especial a Gabriel Arturo Castro por sus excelentes poemas en prosa Etervina Morales
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CONFABULADOS: La poesía de Yirama Castaño tiene su gran encanto. Abrazos a la poeta. Juliana Del Valle Carolina Soto Rivera.
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QUERIDOS CONFABULADOS: Como siempre, excelente la pluma de Carlos Fajardo Fajardo. Carlos Ortíz Burgos
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QUERIDOS CONFABULADOS: Buen relato el de Amílcar Acosta. Gracias. Abel Cáceres López.