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con el
asunto “Retiro”
MI ALMA MATER
Fotografía
Carátula: Sandra Soler Castillo
Pedro Baquero Másmela
ALMA
MÁTER O LA EMBROLLA DE LA ACADEMIA
Por
CARLOS FAJARDO FAJARDO
Cuando
Pedro Baquero me entregó el manuscrito de su novela Alma Mater, con una cierta
sonrisa de cómplice me advirtió que en ella encontraría, en buena parte, una
radiografía de la realidad de nuestra vida académica universitaria. En efecto,
sus páginas fueron develando las caras de una institución que ha desterrado
sistemáticamente de sus esferas no sólo la idea de una academia crítica,
reflexiva, polémica, sino al pensamiento nómada, creador, analítico, poético.
Sus estructuras marchan más hacia una universidad prestadora de servicios y de
gestión empresarial, que hacia una institución formadora de pensamiento
resistente y re–existente, sensible, ético y estético. Es el síndrome de lo
tecno–administrativo versus la pulsión critico-creativa, libertaria.
No
otra atmósfera es la que se respira en las páginas de esta inquietante y
estremecedora novela. El narrador, un profesor atormentado, atrapado entre el
deseo de renunciar a la vida universitaria, tediosa y estéril, y el ser esclavo
de un tramposo confort de funcionario oficial, que bien o mal le aseguran
cierta comodidad y una futura pensión. El ninguneo, la marginalidad, el exilio,
el destierro al silencio, es el destino del protagonista, quien paga “las
culpas” por ser un desadaptado de las exigencias de la vida universitaria. Como
un sonámbulo divaga por esta universidad de nuevo tipo, emprendedora, realista,
es decir, indulgente y neoesclava. He aquí la suerte de los viejos académicos,
de intelectuales y artistas: desterrados del ágora polemista, únicamente les
queda pasear su incómodo cuerpo por las trampas burocráticas administrativas de
una universidad en ruinas, destrozada.
“Algo tienen las burocracias que desaniman la
creatividad. Las estructuras jerárquicas se llevan mal con la libertad
creadora. Tienden al centralismo y a la hegemonía”, nos dice el poeta Gabriel
Zaid. Entonces, el narrador sufre el gigantismo de dichas burocracias,
gestionales y existenciales. Sin embargo, no registra su drama con una vacua
queja, sino que, con irónica lucidez, hunde la aguja de la parodia en las
llagas del sinsentido, en la agonizante imagen de una absurda y aburrida
existencia académica.
La
ironía es ante todo una apuesta crítica que cuestiona, desmitifica las verdades
de las mentiras y las mentiras de las verdades. Las páginas de esta novela
están cargadas de ese escepticismo lúcido que el protagonista transporta como
piedra de Sísifo, volviendo sobre ella para sentir de nuevo el absurdo, el
vacío, el tedio que lo llena todo. Ironía que al desgarrar el velo, muestra el
trasfondo de un escenario donde los actores se mueven cual marionetas
prisioneras, adoctrinadas en la fe de sus manipuladores. Así, por ejemplo, en
la figura del burócrata Lisímaco Ladino se sintetiza con sarcasmo a los
funcionarios administrativos que, con astucia, audacia y viveza de reptiles, se
arrastran tras las espaldas de sus jefes de turno, para conseguir puestos, sin
importarles su dignidad ni la de los otros. Este personaje es la imagen de los
mandos medios que se transforman en agentes promotores de la destrucción de la
universidad humanística, para imponer una empresa efectista, administrativa, de
competencias, destrezas, habilidades y de expertos ecónomos. “Así es la
universidad en todas partes, o hace negocios o desaparece. Es el nuevo espíritu
de la universidad del Siglo XXI”, sermonea el futuro Senador Lisímaco.
Burlándose
de dicha condición, el anónimo narrador está a punto de renunciar a su
rutinario y ridículo trabajo y a su inútil vida. Al caricaturizar el mundo
académico, lanza una mueca de rabia y de impotencia ante semejante insoportable
Leviatán de mediocridad. Desacraliza y desentroniza una y otra vez a estudiantes,
coordinadores, a colegas, a mandos medios administrativos; a su esposa Sonia; a
los procesos de acreditación –esa embolia de la academia mal llamada de Alta
Calidad–; a la estandarización de las pruebas Saber Pro; a la investigación
estéril e inútil; a intelectuales de café y poetastros de salón; a los turistas
académicos que viajan a cuanto evento y encuentro puedan, como relacionistas
públicos; y a su amante Anaís Fonseca, quien, con su apariencia contracultural,
fluctúa entre el deseo de abandonarlo todo y el sueño de ser al fin y al cabo,
una funcionaria eficiente, de confianza y obediente a la institución.
En
un momento, el narrador pregunta: “¿Qué somos hoy los profesores
universitarios? Una casta caída en desgracia que perdió prestigio y
credibilidad, sometida al escrutinio externo y obligado a rendirle tributo a la
eficiencia. Una estirpe de ídolos vencidos por las lógicas de la administración
y del mercado. Una masa amorfa de competidores en una carrera de obstáculos,
dispuestos a eliminarse mutuamente, a hacerse zancadillas, para asegurarse una
plaza el próximo semestre. Una horda de burócratas dedicados a rellenar
formatos para demostrar en el papel su idoneidad”.
Tal
es la visión del mundo universitario que aquí se retrata, donde al docente se
le ha reducido a ser un funcionario legitimador de la multifuncionalidad; un
servidor condescendiente que transmite, gestiona, defiende, ejecuta, difunde
las normas del establecimiento; un tecnoadministrador de la academia empresarial.
No hay espacio para impulsar lo nuevo a contracorriente y, por supuesto, para
aquel que, en palabras del poeta Saint John Perse, rompe la costumbre.
Desde
el fondo del abismo vital y académico, surgen estas desgarradoras verdades que
más que risa dichosa son muecas de orfandad y desdicha. La novela, con un
cierto nihilismo anárquico, pone en crisis a los legitimados y poderosos
estamentos de una institución que se ha convertido en un malestar para
intelectuales, artistas y profesores creadores. De allí que en ella se
fusionen, de forma fecunda y magistral, la voz del novelista con la del
ensayista; el conocimiento intelectual y la pulsión poética. Ambas se Alma
mater 9 retroalimentan y se integran. Creación y pensamiento, Poiesis y
entendimiento. Alma Mater sintetiza la idea de una narrativa creadora de
inquietantes preguntas. De por sí, en esta novela se edifica una escritura de
ideas que reflexionan el drama y no se limitan a padecerlo. Quizás sea este su
mayor aporte, pues dialoga con la gran tradición novelística que, al decir de
Milán Kundera, nos ofrece “metáforas que piensan”. Es posible que esta novela
sea, como siempre sucede con la verdadera escritura, una autobiografía del
autor, cierta radiografía de sí mismo. Ese alter ego del novelista explica la
pulsión irónica detrás de la trama. “Desconfiemos de aquellos que no se ríen de
sí mismos”, nos recuerda Robert Frost. Y esa risotada, fuerte y perversa, lleva
también al lector a reconocerse como protagonista, y no solo telón de fondo de
lo narrado.
“¿Cuánto
de las vivencias del escritor quedan enredadas en las páginas que escribe?”
reflexiona Antonio Tabucchi, y es claro que en los textos que escribimos quedan
nuestros espectros y fantasmas, nuestras almas errando de forma consciente e
inconsciente, cual realidad paralela dentro de la ficción. Citando de nuevo a
Tabucchi, tal vez escribimos “nuestras autobiografías ajenas”.
Pedro
Baquero ha escrito una novela que no sólo muestra, sino que denuncia el estado
actual de nuestra cultura universitaria, labor por cierto bastante arriesgada y
valiente. Denunciar, con lucida ironía, provoca en este país urticaria, enferma
a muchos de envidia, pone ante el paredón de críticos sicariales al escritor.
Este se expone a ser víctima de peligrosos estallidos de cólera, a vituperios y
juicios más que estéticos, morales. Tal es su apuesta y desafío. De allí que, a
manera de estocada final, el narrador lance esta acertada sentencia “los poetas
no tienen nada que hacer aquí. Academia mata poesía, dice Gonzalo el poeta”.
Bogotá,
octubre 22 de 2016
RODOLFO HASLER
LA
URRACA EN EL CUADRO
XI
(Iluminación)
Una
luz indecisa se pierde en el horizonte,
quisiera
llevar el trance a una nueva dimensión
es
la luz del ópalo de fuego, quemadura de cuarzo
desesperante
que intenta un epitafio
una
luz, un descalabro en la herencia familiar
dibuja
el rostro afligido de la parca
con
suavidad lo tocas y su brillo atrae al recuerdo,
óxido
del paso acelerado de la vida,
un
desliz en el silbo de la palabra,
un
amor senil, un desprendimiento del espíritu,
la
abundancia de lodo acumulado por la lluvia,
en
el pico del ave se aleja la esperanza,
un
reflejo que busca su solución en el aire.
XII
Ardes al dormir del lado luminoso de la cama,
sin posible retorno, eternamente volcado en un sentido.
XIII
Pájaro,
huye al zarzal más desolado,
a
la torre abolida donde nadie resiste,
la
fuerza limpia de la devastación,
el
seco tiento de la ceniza.
XIV
La
urraca se va
Viene
el perro
(caminando
por São Paulo)
Desde
su lomo pasas la mano hasta el corazón,
al
amanecer nadie recoge su cuerpo exhausto
mordido
en la cuneta
sin suerte,
refugio
hirsuto donde maltratar la palabra,
juega
la apuesta del amor, pasarán diez años, ya la carne ahumada,
muerta
la carcasa de la piedad aparece el espanto de su colmillo,
no
podrá cantar, ni decir, ni escribir,
un
ápice de susurro
hurga
en el pecho del perro,
cuerpo
violado, cuerpo sin ternura,
donde
queman
las vísceras,
te
ganas la larga disolución
del
olvido olvido.
* RoRodolfo Häsler nació en 1958 en Santiago de Cuba y desde los diez
años reside en Barcelona. Tiene editados los siguientes libros: Poemas de arena (Editorial E.R., Barcelona, 1982), Tratado de licantropía (Editorial Endymión, Madrid, 1988), Elleife (premio Aula de Poesía de
Barcelona 1992, Editorial El Bardo, Barcelona, 1993), De la belleza del puro pensamiento (beca de la Oscar B. Cintas Foundation
de Nueva York 1993, Editorial El Bardo, Barcelona, 1997), Poemas de la rue de Zurich (Miguel Gómez Ediciones, Málaga,
2000), Paisaje, tiempo azul (Editorial Aldus, México D.F.,
2001) y la plaquette Mariposa
y caballo (El Toro de Barro,
Cuenca, 2002). Ha sido incluido en Anthologie
de la poésie cubaine du XXè. siècle (Les
Éditions Patino, París, 1997), Nueva
poesía latinoamericana (Ediciones
de la U.N.A.M, México D.F., 1999), Antología
de la poesía cubana (Editorial Verbum, Madrid, 2002), Poemas cubanos del siglo XX (Ediciones Hiperión, Madrid, 2002), Los poemas de la poesía (Editorial Praxis, México DF, 2003) y
en Por vivir aquí. Poetas
catalanes en castellano.1980 - 2003 (Bartleby Editores, Madrid, 2003). Es traductor
asimismo de la poesía completa de Novalis y codirector de la revista Poesía 080 de Barcelona
DE LA LÍNEA AL
ESPACIO
Fotografía: Cortesía Fundación Salvi
Fotografía: Diego Amaral
Fotografía: Archivos Internet
Una nueva
exposición reúne a tres grandes figuras colombianas: Jim Amaral, Olga de Amaral
y Ricardo Cárdenas, en las instalaciones del Museo de Arte Moderno de Bogotá,
el próximo 25 de febrero a las 11 a.m.
METAPHYSICA
Para llegar a ser presencia,
Significa aceptar
El reto de la ausencia
Antoine de Saint-Exúpery
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