Por Hernando Guerra Tovar
La mirada poética de
Eugenia Sánchez Nieto penetra el mundo para advertir la multiplicidad de la
violencia que concurre y discurre en la más incierta condición del hombre. Un
abrir los espejos y mirar allí en sus ojos de miedo el vacío o la agonía de una
nación que se desploma cada vez más, bajo la paradoja de la ingravidez que
anima el desconcierto. Realidades oscuras, agujeros en el aire, “el
saber que el tiempo cambia / que hay una oscuridad cruzada de voces.”
“La noche entra por la ventana” en búsqueda de la
invisibilidad, que permanece con los ojos abiertos aun la ceguera, los gestos y
ademanes; tinieblas que derivan la procaz sociedad y sus estamentos
envilecidos. Aquí la poesía se compromete con el hombre en tanto víctima de un
concierto donde la música, las luces, los avivamientos, los fuegos artificiales
tienen una sinrazón de ser.
Eugenia Sánchez Nieto
señala los desvalores del poder en la ciudad, los “dominios cruzados”, los visibles ademanes” que germinan cada día en las calles, en las
esquinas, en los escenarios, los templos, prostíbulos y palacios. Funda lo
visible ante la perplejidad de lo invisible, como bien lo anuncia el narrador
Evelio Rosero Diago: “estamos en la aldea, pero vemos
ineludiblemente las casas, y no solamente nos asomamos: entramos
en ellas. Es la aldea universal en
todo el esplendor de su miseria, condición y consecuencia de quienes gobiernan
desde los más voraces apetitos, en contra del Ser y su Palabra: “por una
escalera sin fin / una mujer sin rostro
sube abismada.”
Mas la poesía señala asimismo, en su lugar
espiritual, un horizonte pleno, puerto
seguro donde recostar la piel y asumir el fuego: “a lo lejos un jinete cabalga
bajo un cielo incendiado.”
DOS POEMAS DE EUGENCIA SÁNCHEZ
MOVIMIENTOS TEMIDOS
Desde mi cama mirando
la luna
escuché unos ruidos
extraños
pasos lentos subían,
subían
voces susurrando
subieron hasta el sexto piso
En esta ciudad fría
que he amado
llegaron a mi
apartamento
el miedo era un globo
a punto de reventar
allí todos dormidos
las escaleras
oscuras, los pasos llegando
siniestros hombres
sin corazón
cumplían un trabajo
más
Una noche lluviosa de
mayo
la luna oculta y mi
optimismo intacto
en esta ciudad fría
que he amado
hombres sin corazón
nos asesinaron
Mi pequeño hijo
escondido en un armario ha sobrevivido
gritos, gritos, gritos
silenciados
nadie aguanta tanto
los seres invisibles
se despojan de su invisibilidad.
PAISAJES SECRETOS
En el espejo se miró
mil veces y fue bella
tres viudeces
sombrearon su camino
en lustrosos recintos
fue el centro de atención
sus hijas observan
desde la primera fila.
El tiempo fue un
soplo
el frío quebranta mis
pulmones
mil veces fui bella,
el espejo ya no es el mismo
un ser invisible
traza un camino que no deseo
no logro detenerme
lámparas iluminadas,
noches suntuosas
en el hotel todos
somos extranjeros.
En el espejo se miró
mil veces y fue bella
tres rostros
visitaron su lecho
desde el fondo de la
noche hay labios, amor y sonrisas
sus hijos tiemblan en
su sueño, tienden puentes movedizos.
Temo mirar el espejo,
allí el ser invisible
alguien oculto me
empuja
crece el corazón,
golpea a cada instante
en fatigosas noches
rostros blancos me visitan
mis hijos tienden
puentes movedizos
en mi dedo la alianza
entre la soledad y la noche
no logro detenerme
extraños ángeles
elevan mi cuerpo
alguien murmura al
oído el adiós sobre mis ojos.
Eugenia Sánchez nació en Bogotá, Colombia, en 1953. Título de
Filosofa de la Universidad Nacional (1980), Especialización en Administración y
Planeación del desarrollo regional, Universidad de los Andes (1993). Premio
Nacional de Poesía Hormiga Editores en 1984. Segundo Lugar en el Concurso
Nacional de Poesía convocado por el XII Festival de la Juventud Internacional y
la Fundación Papagayo de Cristal, 1985. Segundo Lugar en el Concurso Nacional
de Poesía Luis Carlos López, 1989. Beca de creación en la modalidad de poesía,
Colcultura, 1995. Ha publicado los libros: Que Venga El tiempo Que Nos Prenda,
1985; Con La Venia De
Los Heliotropos, 1990; Los
cuadernos Las Puertas De Lo Invisible, 1993 y Visibles Ademanes publicado
en la colección Viernes de Poesía de la universidad Nacional, Abril 2004;
Dominios cruzados, Antología personal, 2010.