Texto y fotos de Enrique Moya
A través de Eddy, un
joven balinés que hace de chofer para pagarse la carrera de abogado, el escritor
austriaco venezolano residenciado en Viena, Enrique Moya, se acerca a las fuentes
y claves culturales de la paradisiaca isla de Bali.
1.
La sugerencia de un trotamundos
neozelandés de viaje por la vecina isla de Java me lleva hasta un joven balinés
que hace trabajitos de chofer para pagarse la carrera de abogado: Eddy. Su nombre real: I Made Supriadi.
Eddy es multilingüe como la mayoría de los balineses. Habla,
además de las lenguas nativas, balinés, bahasa
y un inglés de uso turístico. En la isla el español es tan exótico como el
balinés lo sería en Caracas. Sorpresa: Eddy
se defiende hablando un español ocurrente en adverbios y preposiciones a
destiempo. El precio que propone resulta moderado. Suma méritos más que
suficientes para ser contratado. Eddy
se convierte, pues, en chofer, guía y traductor de las lenguas locales por los
poblados y lugares alejados de los turistas australianos que invaden como
cangrejos las playas de Bali.
2.
Bali, pequeño paraíso rodeado de
paraísos: al oeste la Isla de Java, el norte Borneo, al este New Guinea y las
Moluccas; al lado, la hermana Isla de Lombok y más al sur, a dos horas de
vuelo, las azulísimas costas de Darwin, Australia.
Vivir en un edén no es fácil. Hay que
sudar cada centavo para llegar a fin de mes. El trabajo es de sol a sol en los
arrozales, en el turismo o en lo que salga. Un paraíso no siempre resulta
paradisiaco. El calvario rezado por Eddy
para ganarse el sustento sugiere que el paraíso, más que una geografía
terrenal, es un estado del ser; un sujeto exterior anhelado e idealizado por
quien piensa que no lo tiene, o vive inmerso en las vicisitudes que todo vergel
comporta. Para Eddy el paraíso acaso
se encuentre en algún lugar de la vasta inmensidad oceánica de la Polinesia. No
en el caótico tráfico motorizado de Denpasar que, en horas pico, puede llegar a
ser tan infernal como en Caracas o Bombay.
3.
A sus veintitrés años recién cumplidos Eddy parece tener una idea bastante
clara de los retos de su entorno. Sus prioridades no destilan ambición
desmedida. Sí, la convicción de quien se siente preparado para enfrentar los
desafíos de una ínsula convertida en paraíso para turistas extranjeros. Primera
meta: terminar la carrera de Derecho en la Udayana University de la isla. Luego
de graduarse (faltan tres semestres) ocurrirá un acontecimiento fundamental en
su vida: será designado cabeza familiar mediante ceremonia en su pueblo a las
afueras de Denpasar. No es primogénito, pero valga el hecho y derecho de haber
nacido varón. Eddy heredara todo. Bienes
materiales, responsabilidades seculares y religiosas de la familia; todo en sus
manos. En las religiosas, será encargado de dirigir las oraciones del día y las
efemérides del calendario religioso y familiar (bodas y asuntos similares). Eddy es devoto creyente que gusta mucho
rezar. Como en toda casa balinesa, en la suya hay un jardín con altar siempre
remozado con flores frescas y raciones pequeñas de comida para sus dioses más
venerados. También en la acera de su entrada, por si algún dios vagabundo pasa
y le apetece.
Eddy heredará también importantes decisiones familiares: su
hermana mayor, la primogénita, deberá pedirle permiso para casarse. En caso de
él negarse, ella puede pedir a su enamorado que la secuestre…costumbre
ancestral de Bali que tiene su truco y beneficiosos efectos prácticos: con el
hecho consumado, dote matrimonial, tipo de ceremonia y celebración reducen
notablemente su coste. Eddy ya ha
conversado con el novio sobre las modalidades y fechas de tal secuestro. Muy en
confidencia, desde luego, no es asunto para la primera plana de los periódicos.
La economía familiar no está para tirar cohetes. Pero la cuestión no es sólo de
índole crematística, el ritual del secuestro también tiene su simbología.
Entretanto Eddy gestionara los
aspectos legales de la vida de ella hasta su boda. Cuando el tal señorío pasará
al marido. En adelante también tendrá que cuidar del futuro de sus padres.
En sólo tres semestres las
responsabilidades de Eddy aumentaran dramáticamente. A ningún joven occidental
de veintitrés años le haría gracia recibir herencia tal. No en vano Eddy se propuso estudiar Derecho. Será
el primer egresado universitario de su familia desde que tienen memoria de sus
ancestros, procedentes siglos antes desde algún lugar de la Polinesia. En Bali
hay demanda de abogados: las leyes locales exigen para hacer negocios en la
isla, tener socios balineses. Bali no debe convertirse en un lugar de
asalariados –aspiran–, sino en sede empresarial internacional que garantice a
los locales participar de las riquezas. Eddy
se ve en el futuro como socio de algún proyecto empresarial o como asesor legal
de inversionistas extranjeros.
4.
A través de Eddy me pongo al tanto de los complejos vericuetos de la lengua
balinesa. Un aspecto central de esta cultura es la mutación constante del
idioma balinés en la interacción social. Lo observo cuando deseo averiguar un
aspecto específico de la cultura y Eddy
hace de traductor en los poblados del interior de Bali. No depende de factores
lingüísticos exclusivamente, sino de mutaciones que operan en virtud del
protocolo establecido por el Sistema de Castas. Bali es un oasis hinduista en
medio de ese vasto archipiélago musulmán que es Indonesia. También un oasis en
todo el mundo hinduista, pues su sistema de castas ha eliminado la de los intocables. La sintaxis se deconstruye a
medida que avanza la conversación. El idioma adquiere una intempestiva
dualidad. Los interlocutores intentan ubicar, a través del léxico o la
fonética, su locación de pertenencia en la intrincada cosmogonía
socio-lingüística establecida por su religión.
En los países hinduistas las castas se
reconocen entre sí a través del contacto visual (la forma de vestir, la
quincallería del aspecto) y de la gestualidad desde hace siglos asumida que le
hace juego. En Bali al no ser el aspecto físico y la vestimenta tan
diferenciados entre unos y otros, no son determinantes inmediatos para señalar
el rol social a simple vista. Es entonces el lenguaje lo que determina la casta
de pertenencia de interlocutores que no se conocen.
Una vez ubicada, los registros
sintácticos, fonéticos y lexicográficos varían bruscamente. Estos cambios de registro socialmente obligatorios
–según el orden de prelación que tutela el sistema– se dan, sobre todo, en las
castas medias e inferiores hacia las altas. Las altas mantienen, como clara
señal de su importancia y poder social, su propia identidad lingüística. Y
hacen uso permanente del poder que la mitología de sus creencias les ha
otorgado en ese sentido. Pero es lógico deducir que el poder semántico de la
lengua balinesa de las castas bajas y medias es más rico y de mayor variedad
sintáctica que el de las altas. Pues las bajas interaccionan con todas,
mientras las altas sólo interaccionan, casi exclusivamente, entre sí.
5.
A la pregunta de si cuando herede todo
dará algo a su hermana mayor, la primogénita. Eddy contesta: la quiere mucho, ha sido una segunda madre para él;
pero no. Eso no forma parte de su tradición. No estaría, además, bien visto.
Sería socialmente sospechoso. Podría poner en duda la autoridad de su futuro
liderazgo familiar. Las cosas son como son. Él es el varón de la familia. Y no
ve razón alguna para ponerse sentimental
como si fuera un occidental. Con la misma tesitura Eddy defiende el mantener a raya a su novia formal. Es el amor de
su vida, confiesa, pero considera que mientras menos enterada esté del amor que
siente por ella, mejor. “Sino no vame luego [a] respetar” (sic), acuña en su
particular español. No percibo malicia cuando afirma que ha dado salida a la
tensión generada por el amor que siente por su novia, con otra noviecita de un
pueblo al este de Denpasar. No pasa nada. Excepto constatar que ciertas
actitudes de escándalo en occidente, se asumen en Bali con indulgente
naturalidad. Desde hace siglos ciertas culturas de las antípodas oceánicas han
aprendido a lidiar con el sentimiento unipersonal y el incorregible ir y venir
del instinto.
Bali es una sociedad organizada,
simbólica e institucionalmente, por el varón. La occidentalización debido a la tecnología de
la comunicación, ha empezado a reorganizar las tradiciones y costumbres de la
Polinesia y el Sudeste Asiático. Lo cual está convirtiendo a las mujeres
balinesas en actoras más activas de los procesos sociales de la isla. Su rol,
sin embargo, sigue estando en un plano visiblemente menor respecto al varón.
6.
Por su trato con occidentales Eddy conoce otras versiones de asuntos
similares más allá de las fronteras de su isla. No usa correo electrónico,
carece de internet en casa; pero ha encontrado en el celular un dios
omnipresente que lo acompaña en el bolsillo. El WhatsApp, ha sido para
Eddy un descubrimiento tan mágico y efectivo como el mejor de los mantras. En
Asia la tecnología se ha convertido en una religión de feligreses radicales.
Ese occidente tan raro y misterioso para él, como para nosotros las costumbres
asiáticas o polinesias, ya lo es menos. Se ha convertido en fanático de los
descubrimientos. Un teclado y pantalla táctil es una mina de extrañas y nuevas
formas de aprendizaje: Eddy afirma
haber aprendido a hablar español a través del WhatsApp.
Dejando atrás la cima del Monte Agung Eddy relata su anhelo más ferviente.
Desde hace tiempo reúne dinero para dar forma a esa aspiración. No se trata del
último modelo de IPhone o la reciente pantalla de plasma. Tampoco una moto de
alta cilindrada para sustituir la suya, convertida en vejestorio. Por insólito
que parezca, la ilusión de Eddy es
adquirir una puerta nueva para la entrada de su casa. No se trata de cualquier
puerta, naturalmente; ésta vale un ojo de la cara. Raros anhelos que sólo un
balinés puede comprender, pues en la isla de Bali –declaran los entendidos– se
encuentran los artistas talladores de madera más notables del mundo. Y sus
puertas talladas son consideradas por los marchantes internacionales obras
maestras dignas de ser exhibidas en museos.
(Este artículo es publicado conjuntamente en el Papel
Literario de El Nacional, Venezuela)