Estimado(a) artista:
Desde la campaña BDS-Colombia le extendemos la invitación para suscribir el presente llamado y sumarse al boicot cultural contra el Estado de Israel.
Nosotras y
nosotros, las y los artistas latinoamericanas abajo firmantes, declaramos que a
partir de este momento rechazaremos cualquier invitación que se nos haga para
presentarnos en Israel o en cualquier evento financiado por este gobierno que
conduzca a la "normalización" del apartheid, es decir, donde no se
denuncie el régimen de segregación mantenido por el Estado Israelí contra el
pueblo palestino.
El presente boicot
se mantendrán, tal y como lo exige el pueblo palestino, hasta que Israel cumpla
su obligación de reconocer el derecho inalienable del pueblo palestino a la
autodeterminación, y acate completamente los preceptos de la legislación
internacional por medio de:
1. La finalización
de su ocupación y colonización de todas las tierras palestinas y el
desmantelamiento del Muro;
2. El
reconocimiento de los derechos fundamentales de las y los ciudadanos
árabe-palestinos de Israel y su total igualdad ante la ley.
3. El respeto, la
protección y la promoción del derecho de las y los palestinos refugiados de
retornar a sus casas y propiedades, tal como lo estipuló la resolución 194 de
las Naciones Unidas.
NO ME
PRESENTO EN ISRAEL
"Yo soy sudafricano y
viví durante el apartheid; no tengo duda en afirmar que los crímenes de Israel
son infinitamente peores que los cometidos por el régimen de apartheid de
Sudáfrica".
John Dugard, jurista internacional y ex Relator Especial
de la ONU para los derechos del pueblo palestino
John Dugard, jurista internacional y ex Relator Especial
de la ONU para los derechos del pueblo palestino
Como artistas de
Latinoamérica decidimos tomar esta decisión atendiendo el llamado al Boicot,
Desinversión y Sanciones contra Israel que hizo la sociedad civil palestina
en 2005, ya que el Estado de Israel utiliza la cultura y los artistas para
presentarse ante el mundo como un Estado normal y una democracia liberal. Uno
de los instrumentos más conocidos de la propaganda sionista es la campaña de
promoción cultural “Marca Israel”, que busca limpiar su imagen internacional y
hacernos olvidar los crímenes de guerra cometidos cotidianamente contra el
pueblo palestino. Pero nada de normal hay en ese territorio y menos cuando del
mundo de la cultura se trata.
Israel, ignorando las
numerosas resoluciones de Naciones Unidas y violando los principales tratados
del Derecho Internacional, mantiene desde hace siete décadas un régimen de
ocupación militar, colonización de asentamientos y apartheid jurídico.
Presentarse en este país significa invisibilizar esta realidad y ocultarla bajo
un manto de cultura y multiculturalismo.
No puede haber
multiculturalismo en un territorio donde se niega y se ataca una de las
culturas existentes: en 1948 durante la Nakba, alrededor de 70.000 libros
palestinos fueron recogidos, 24.000 de estos fueron desechados, 7.000 se
encuentran hoy en la Biblioteca Nacional de Israel sin poder ser conocidos por
sus dueños originales y de los restantes se desconoce su paradero. En 2002, el
ejército israelí arrasó el centro cultural Khalil Sakakini en Ramala, en una
operación en la que se destruyó el manuscrito del gran poeta Mahmud Darwish,
constituyendo una pérdida irreparable del patrimonio cultural del pueblo
palestino. Demolió también el Stone Theatre, antecesor del reconocido Teatro de
la Libertad (Freedom Theatre) de Jenín, e ilegalizó grupos teatrales y
culturales como el grupo de danza tradicional Al-Founoun. En 2012 allanó y
vandalizó dos canales de televisión palestina y permanentemente persigue,
reprime y detiene a estudiantes y artistas, como la bailarina de folklore Lina
Khattab o el dibujante Mohammed Sabaaneh (entre muchos otros).
Aunque muchos países
han prestado apoyo al desarrollo de la cultura en Palestina, Israel ha impedido
que este apoyo sea efectivo. En 2009, la policía israelí irrumpió en el Teatro
Nacional Palestino de Jerusalem el primer día de un festival de literatura
organizado por el consulado británico y la UNESCO, para suspenderlo por orden
judicial. Del mismo modo y el mismo año, cerró el Centro Cultural Nidal que
había sido financiado por la cooperación española, el cual no pudo volver a
abrir sus puertas sino hasta septiembre de 2012.
El reconocimiento del
apartheid israelí en territorio palestino ya es una cuestión evidente en muchos
círculos internacionales. Así se han posicionado reconocidos defensores y
defensoras de la justicia y la paz, como los sudafricanos Nelson Mandela y John
Dugard, las indias Vandana Shiva y Arundhati Roy, la guatemalteca Rigoberta
Menchu Tum, la canadiense Naomi Klein, los norteamericanos Noam Chomsky, Max
Blumenthal, Judith Butler y Jody Williams, el escritor y filósofo portugués
José Saramago, los españoles Juan Goytisolo y Juan Diego Botto, los británicos
Stephen Hawking, Ken Loach y Tariq Ali, los israelíes Illan Pappé, Gideon Levy
y Amira Hass, los Premios Nobel de la Paz Mairead Maguire, Shirin Ebadi,
Desmond Tutu y Adolfo Pérez Esquivel, y el francés de origen judío co-autor de
la Declaración Universal de los Derechos Humanos Stéphane Hessel. Hasta el
expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter calificó al Estado de Israel de
sistema de apartheid.
Tras su visita a
Palestina Desmond Tutu, Premio Nobel de la Paz y arzobispo de la iglesia
anglicana que luchó contra el apartheid en Sudáfrica, describió el entramado
colonial israelí como un sistema que segrega y discrimina a la población
palestina: “He estado en los Territorios Ocupados por Israel y he visto las
carreteras de segregación racial y las viviendas de los colonos israelíes que
tanto me recordaron al Apartheid sudafricano. He presenciado los controles, la
humillación de hombres, mujeres y niños palestinos. Los asentamientos son
espléndidas mansiones con piscina, cuya agua proviene de los acuíferos
palestinos y sus aguas residuales se evacúan hacia el territorio palestino”.
Para rechazar estas
atrocidades muchas personalidades y artistas se han sumado a lo que se ha denominado
el Boicot Cultural y Académico. El 31 de mayo de 2010, tras el asesinato
de nueve ciudadanos turcos a manos del ejército israelí en el ataque a la
flotilla que llevaba ayuda humanitaria a Gaza, parte de la escena musical
internacional reaccionó de manera contundente: el famoso grupo de rock Pixies,
el grupo londinense de dance-punk e indie-rock Klaxons y el proyecto musical
Gorillaz Sound System creado por Damon Arbarn, el cantante de Blur, cancelaron
sus conciertos en Israel. El cantante folk estadounidense Devendra Banhart
justificó la cancelación de su actuación en Israel diciendo: “parece que
estamos siendo utilizados para apoyar ideas que no son las nuestras”, en
referencia al intento de Israel de que su visita fuera presentada como una
muestra de apoyo a sus políticas. Estos músicos no hicieron sino seguir el
ejemplo que habían dado unas semanas antes Elvis Costello, el poeta y músico
Gil Scott-Heron, y el guitarrista mexicano Carlos Santana, al cancelar sus
actuaciones en Israel, como se lo había solicitado el movimiento BDS.
En julio 2010, fue el
turno de los actores Meg Ryann y Dustin Hoffmann, quienes renunciaron a acudir
a un festival de cine en Israel. En agosto de 2010, 500 artistas contra el
apartheid en Montreal se adhirieron al boicot cultural en una campaña ejemplar
que inspiró la Campaña Irlandesa de Solidaridad con Palestina al lanzar una
iniciativa similar. El compromiso de los artistas irlandeses de boicotear
Israel fue asumido por más de 200 artistas. Un poco más tarde, artistas sudafricanos
lanzaron su propio llamamiento. Recientemente, más de 700 artistas del Reino
Unido expresaron su adhesión al boicot cultural.
Actuar en Israel es
tan grave como haberlo hecho en la Sudáfrica del apartheid. Tal como lo hizo
saber la Red Solidaria Contra la Ocupación de Palestina (RESCOP) a las y los
artistas que tienen previsto actuar en el Festival de Ashdod. Mientras
quienes apoyan el bloqueo y los bombardeos sobre Gaza disfrutan el espectáculo
de los artistas que visitan Israel, en Gaza más de un millón y medio de
personas intentan sobrevivir entre escombros, aguas residuales y
contaminación, sin techo, luz ni agua potable. Después de que durante el
verano pasado, la Franja de Gaza sufriera un brutal ataque por parte del
ejército israelí, que asesinó a más de 2200 personas palestinas, entre ellas
más de 500 niños y niñas, y destruyó completamente las infraestructuras de
viviendas, sanidad, educación y cualquier tipo de recurso económico.
Frente a esa
agresión, casi 300 sobrevivientes del holocausto nazi publicaron una carta en
el New York Times. A través de esta condenaban las prácticas genocidas llevadas
adelante por Israel y convocaban al apoyo a la Campaña BDS diciendo: “Nunca
más” debe significar ¡nunca más para cualquiera!
Por estas razones y
siguiendo el ejemplo que a nivel internacional nos han dado importantes
artistas, académicos y personalidades, impulsando y acatando el boicot
cultural, desde el arzobispo Desmond Tutu hasta Roger Waters de Pink Floyd,
Carlos Santana, Cassandra Wilson, Lauryn Hill, Elvis Costello, Primus, Pixies y
muchos/as otros/as, es que hemos decidido no presentarnos en Israel hasta que
respete el Derecho Internacional y las resoluciones de Naciones Unidas que le
ordenan poner fin a su ocupación, colonización y apartheid contra el pueblo
palestino.
BDS – Colombia
ADHERENTES AL BOICOT
CULTURAL
Festival
Internacional de Cortometrajes y Escuelas de cine El Espejo
Muestra
Itinerante de documentales de Derechos Humanos, Derecho a ver
Festival
de Vídeo Documental Globale Bogotá
Muestra
Audiovisual Arrecheras Heterodisidentes
Caro
Tapia (Cantautora y poeta argentina)
Janett
Sánchez (Poeta mexicana)
Gloria
Uribe (Poeta colombiana)
Walter
Caicedo (Poeta y tallerista literario colombiano)
Jorge
Canales (Poeta y catedrático salvadoreño)
Óscar
Rodríguez (Escritor colombiano)
Yamilet
Blanco (Poeta venezolana)
Hernando
Ardila González (Director de Festival de escritores "Vuelven los
comuneros", poeta colombiano)
Josefina
Sibrián (Poeta y catedrática salvadoreña)
Bolívar
López (Escritor ecuatoriano)
Jorge
Figueroa (Poeta y cantautor argentino)
Yuli
M. Santamaría (Poeta colombiana)
Cecilia
Urrutia (Poeta colombiana)
Luis
Alvarenga (Escritor y catedrático salvadoreño)
Roxana
Pinilla (Poeta colombiana)
Martha
Isbelia Pabón (Poeta colombiana)
Lauri
García Dueñas (Escritora y periodista salvadoreña)
Jael
Monroy Soto (Escritora colombiana)
Nanezchda
Olarte (Poeta colombiana)
Héctor
Hernán Hurtado (Escritor y narrador oral colombiano)
Norma
Volpi (Poeta argentina)
Cristo
García Tapia (Poeta colombiano)
Omar
Ardila (Poeta y ensayista colombiano)
Saúl
Ibargoyen (Poeta, novelista y periodista uruguayo)