Fabio Jurado Valencia
A continuación las palabras liminares de Fabio Jurado Valencia a Oralidad
y escritura en la obra de Juan Rulfo,
que será presentado el domingo 3 de mayo en la Gran Tarde de Los Conjurados, en el
marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Corferias), Salón Manuel Mejía Vallejo, 6 pm.
Oralidad y escritura se enhebran en el proyecto
narrativo de Juan Rulfo. Su obra se inscribe en la literatura y el arte de la
transculturación. El valor estético se apuntala en la fuerza verosímil que
produce la escritura al hacernos sentir la oralidad en un aquí-ahora del
narrador de historias modulado por la intencionalidad literaria. Este valor
deviene de la habilidad discursiva con la cual a la vez que se redescubre la
idiosincrasia de las comunidades rurales nos acerca a los universos de las
culturas periféricas del mundo. La orfandad, surgida en esta relación, no es
solo material (la pobreza y la realidad agreste de hombres y mujeres del campo)
sino también y, sobre todo, espiritual-cultural (la desesperanza, el
aislamiento y el sentimiento de derrota).
Los silencios, los ensimismamientos y los mutismos
son los signos de la frustración en los personajes de Rulfo y todo silencio es
habla interior a-sintáctica; el habla nos llega a través de una escritura que
moviliza los efectos semánticos de la oralidad; entonces se trata de una
escritura oralizada o de una oralidad escriturada con unos matices estéticos
que el autor controla (lo hizo hasta que murió en el año 1986: corregir lo que
ya se había publicado), porque fue obsesivo en los modos de decir y de
acentuar, en la escucha y los tonos del habla coloquial representada en la
escritura.
Los cuentos (El llano en llamas, 1953) y las
dos novelas (Pedro Páramo, 1955; El gallo de oro, registrado como
argumento para cine en 1959, publicado como relato en 1980 y como novela por el
editor en 2010) constituyen signos reveladores de la cosmovisión de las
comunidades rurales y, sobre todo, posibilitan comprender el remodelamiento de
la oralidad a través de la escritura literaria. La caracterización de los
procesos de enunciación de los narradores de las obras del escritor mexicano
son todavía objeto de investigación, si bien
en el año 2012 el trabajo de Françoise Perus (Juan
Rulfo, el arte de narrar) abona de manera significativa el terreno de las
indagaciones sobre la oralidad ficcionalizada.
En este segundo libro sobre la obra del mexicano
Juan Rulfo (1917-1986) nos proponemos mostrar de qué modo la oralidad hace
parte de los tonos en los discursos de narradores y personajes, como una
estrategia estética diferente a la mera transcripción grafo-fonética de las
locuciones de los hablantes de las regiones de la periferia, como puede
observarse en los escritores del realismo, el indigenismo y de la revolución
que antecedieron a Rulfo; diferente a aquellas obras la escritura de Rulfo
acentúa el acto de escuchar y no el acto de leer.
Más allá de este propósito por exaltar la fuerza
lingüística con acentos orales se trata de resaltar también los efectos
estéticos y éticos de las representaciones literarias, muy propicias para
comprender la complejidad del mundo desde imágenes visuales que interpelan la
marginalidad; en el caso de Rulfo dichas representaciones devienen de
representaciones asociadas con las fotografías, muchas de las cuales
constituyen palimpsestos en las obras narrativas.
Carlos Pacheco ya había señalado en La comarca
oral (1992), acogiendo los planteamientos de Rama, el carácter
transculturador de ese “equipo intelectual” de narradores latinoamericanos que
renueva la literatura en América Latina. Pacheco destaca la tendencia a
transformar los narradores canónicos en el arte de la novela, y exalta la
autonomía de las voces de los personajes rurales y sus visiones ideológicas y
culturales en las obras que despuntan en la década de 1950. Es el
“neo-regionalismo”, dice Pacheco, que pone al descubierto la marginalidad y la
manipulación de los gobiernos pero también la sabiduría de los campesinos y los
contrastes con las ideologías del poder, entreveradas en la escritura
literaria.
La “impresión de oralidad”, su representación a
través de la escritura transcultural, alcanza su punto más alto en Rulfo, y se
reconfirma en Guimarães Rosa, con Gran Sertón: Veredas; Roa Bastos, con Hijo
de hombre; García Márquez, con Cien años de soledad; quienes junto
con Arguedas –Los ríos profundos– escriben la “ficcionalización de las
comarcas orales latinoamericanas” en la perspectiva de representar las
dinámicas de la “comunicación intercultural”. Tal proyecto estético apuntó
hacia la “ficcionalización de una cultura oral”, tan propia de los países con
ancestros indígenas y afros, para develar los conocimientos y las
singularidades políticas de sus regiones. La perspectiva etno-antropológica
vincula a estos escritores incluso en los ámbitos de la investigación como
profesión.
La escritura literaria de la transculturación le
demanda al lector una actitud para neutralizar los imaginarios que sobre la
literatura ha promovido la educación formal (la literatura como forma de
adquirir “cultura” o forma de distinción social); en la escritura literaria de
la transculturación el lector trabaja rastreando los implícitos de la narración
ficticia oralizada; el lector oye y ve los lugares, las cosas y los sujetos (es
la verosimilitud), no como artificios, sino como el efecto de una transcreación
del mundo (lo que ocurre en Comala o en Macondo) sin abandonar los referentes
culturales de dicho mundo. Se trata de la reconfiguración cultural que la
dinámica de la interpretación, en este lector modelizado por las trayectorias
hermenéuticas de las obras mismas, hacen posible.
Fabio Jurado Valencia.
(Buga-Florida, Valle, 1954). Licenciado en Literatura (Universidad Santiago de
Cali); Maestría en Letras Iberoamericanas (UNAM, México); Doctor en Literatura
(UNAM, México). Profesor del Departamento de Literatura y del Instituto de
Investigación en Educación, de la Universidad Nacional de Colombia. Autor de
los libros: Investigación, escritura y educación: El lenguaje y la
literatura en la transformación de la escuela; Posadas, México en la poesía
colombiana (compilación); La escuela en el cuento (compilación); Rosario
Castellanos, esa búsqueda ansiosa de la muerte; Ray Bradbury, literatura
fantástica; «El hombre» de Rulfo, polifonía y sociolecto narrativo; Evaluación,
conceptualización, experiencias, prospecciones (memoria y compilación); Pedro
Páramo de Juan Rulfo: murmullos, susurros y silencios. Coordinador y
coautor de los libros: Juguemos a interpretar, Interacción y competencia
comunicativa; La escuela en la tradición oral; Culturas y escolaridad; La
formación docente en América latina; Competencias y proyecto pedagógico; Trazas
y miradas. Participante por Colombia en el Segundo Estudio Regional
Comparativo de la Evaluación de la Calidad de la Educación, convocado por el
LLECE-UNESCO.