Camila Charry Noriega
Por Hernando Guerra Tovar
La manera como Camila
Charry Noriega reescribe la realidad desde adentro, su matiz interior, la sutil
manifestación de un universo poético que renuncia al falso yo, el externo, para
fundirse en la individualidad profunda, configura una palabra original, más
allá del mercado y su afán de apariencia. Es una poesía que se funda en la
imagen desde el lugar de la esencia, allí donde reside nuestro verdadero Yo,
que no requiere de prisa, construcción ni artificio, ni siquiera de espera,
porque si el poeta es, sobreviene el poema.
Y si lo enunciado
constituye elemento imprescindible para cernir lo poético de lo falso, nos
encontramos con una voz que enriquece la más reciente producción de la alta
palabra, en este país consagrado por igual al plomo y al espíritu santo: la poesía del silencio. Mas no del
silencio cómplice, como quisieran algunos oportunistas, sino desde la virtud
misma de la Poesis, sustancia del Ser
como distancia de su más cercano en la escala evolutiva, que trasciende aullido
en canto.
Son Otros ojos en El día de hoy, porque ya no miran sino que ven Detrás de la bruma, aquello que los
hacedores del ruido y del metal pretenden imponer desde sus palacetes de
espurio y baba. Así Charry Noriega, como buena poeta, se asoma al otro lado de
la sombra, para decirnos su verdad: “El
silencio / también es otro templo / de polvo y de pavor / cuya raíz nace entre
las aguas”.
14.
Sin
órganos calientes
la
araña
come
sobre hilos brillantes
la
carcasa de la mariposa.
Sin
embargo todo sigue siendo la vida
bajo
la lengua fría del hambre.
20.
Se
abre la tarde; un río.
En
su hondura vacilan mis ojos
que
temen la entraña de la tierra
su
lengua que lamerá mi vientre
y
me vaciará de memoria.
31.
La
palabra ha muerto,
sin
ella
¿Cómo
nombrar a Dios?
En
el silencio,
en
la ausencia de palabra
el
mundo flota como una idea
ensombrecida,
virtuosa
y
también Dios,
su
lenguaje hecho de capricho humano
de
humana incertidumbre.
Ahora,
cuando no hay palabra
cuando
el lenguaje abandona
su
servidumbre,
su
súplica, aún digo:
-Dios,
sálvame de tu furia, dame luz y sed
protégeme
de mí misma,
aunque
sea haz que en mí las palabras digan algo
traigan
algo
revelen
alguna verdad
si
es que acaso existes-.
Camila
Charry Noriega. Nace
en Bogotá, en 1979. Poeta y docente. Profesional en Estudios Literarios de la
Universidad Javeriana. Ha publicado los libros de poesía Detrás de la bruma Colección Los conjurados de Común presencia, Otros ojos, El ángel editor (Ecuador) y El
día de Hoy, Garín Ediciones. En el 2012 obtuvo el segundo lugar en el XVI
Concurso Nacional de poesía Ciro Medía.