(Ciudad Guayana, 1966). Licenciado en Ciencias
Pedagógicas (Universidad Católica Andrés Bello). Realizó estudios de Maestría
en Filosofía de la Práctica. Especialista en Evaluación Cualitativa,
Institucional y de Impacto. Profesor de Gerencia del Conocimiento y de Ética
Profesional en la Ucab. Es autor de los poemarios: Lo inútil del día (1995);
santuario del verbo (1996); Que nadie me pida que lo ame (1997);
Gestos mayores (plaquette, 1998); Los pájaros de la fractura (1999);
Los tallos de los falsos equilibrios (Premio Internacional de Poesía XXIII
Bienal J. A. Ramos Sucre, 2001); Cuaderno de mujer (2002); La
respuesta de los techos (2008); Demolición de los días (2008) y
Escribo para ser perdonado (2012). Su poesía ha sido incluida en
diversas antologías latinoamericanas e hispanoamericanas y traducida al inglés,
francés, italiano, alemán, portugués, coreano y sueco. Los poemas de la
presente selección son inéditos.
Los
poemas de Alexis Romero fueron tomados de Poetas
venezolanos contemporáneos: tramas cruzadas, destinos comunes, editado
por Común Presencia, cuya compilación
fue realizada por Adalber Salas y Alejandro Sebastiani Verlezza.
BORAS
hundías tus raíces
hasta el maltrato en lo oscuro del agua
dejabas flores y hojas atentas
a los rayos del desprendimiento y el sol
no competías por alimentos geografías respiraciones
supiste hallar cómo vivir
cómo tener un lugar sin estorbos desperdicios
sin lesiones a tus vecinos
en medio de la escasez
hallaste abundancia
tus palabras no nacieron en las guerras
sino en las ausencias bélicas
lleno estás de fronteras húmedas y secas
tocado eres por la muerte y la vida
mientras miras posar y pasar a los dioses del tiempo
también pude venir de allí
un animal de lágrimas
por eso pido vida para aprender la vida
lentitud para dotar de oxígeno
mis páginas
HEREDAMOS UN SALMO
creímos que era un bautismo
la llamamos deformación de los pájaros
y la bañamos de altura
saltan de un temor a otro
los pájaros brotados de un cuerpo
que viene de haber caminado sin rumbo alguno
supongo que así nacen las alas
los inicios del viento en la casa de la sangre
es tan larga la torpeza inicial del vuelo
el mundo se oye hambriento de espontaneidad
el pico más alto no es miedo sino ráfaga
ningún pájaro vino del odio
del eco de las garras
heredamos un salmo
oídos oídos oídos